A propósito de la visita que hice al “Parque Museo Ferroviario” que hay en la ciudad de Santiago de Chile, se puede ver 13 locomotoras a vapor que datan desde 1901 hasta 1948, que reviven la era en la que el traqueteo sobre rieles iba acompañado por el resoplido del vapor, que sumado al sonido mecánico de bielas completaba aquel clásico ruido de trenes “a carbón”. Entonces el transporte por ferrocarril era el más popular del mundo.
Rememorando esta gloriosa época, sugerí que se podía construir un “Gran Museo Ferroviario” en Uyuni, a propósito de que amigos extranjeros que visitaron esa ciudad boliviana me comentaron que aparte de observar el imponente salar, la empresa turística los llevó también a ver unas dos locomotoras chatarra que están en esa población.
Dichos comentarios me impactaron, porque estuve pensando en el proyecto que se tenía en ENFE en el año 1987, de instalar y construir un Museo Ferroviario en la ciudad de Sucre, debido a que en el año 1998 se cumplía el centenario de los ferrocarriles bolivianos (1888-1998).
Lamentablemente, en esa época no se pudo llevar a cabo esta importante obra, debido a que los dirigentes sindicales de algunos centros ferroviarios como en Oruro, Guaqui, Potosí y Uyuni, se opusieron a que se traslade a Sucre varias piezas (locomotoras).
En esos años había alrededor de 10 locomotoras a vapor en muy buen estado, ya que los ferroviarios con mucho orgullo sacaban brillo con la manga de su paletó a las placas que tenían aquéllas; así, por ejemplo, la locomotora Santa Fe, que es una locomotora grande e impresionante, igual la locomotora Luzmila, que es una locomotora chica, pero muy bonita.
En la gestión 1989-1993 de ENFE se construyó la Estación Ferroviaria, que es la edificación más nueva y moderna que existe actualmente en esa ciudad. Al mismo tiempo se adoquinó la principal avenida y se colocó el monumento al Ferroviario, por ser esta ciudad un centro ferroviario importante. De esta manera se puso un granito de arena que da mejor aspecto a esta bonita urbe.
La sugerencia que se plantea ahora es la construcción del “Gran Museo Ferroviario”, otro atractivo necesario para los visitantes que llegan a nuestro país para ver el impresionante salar de Uyuni. Las autoridades correspondientes deberían pensar en este proyecto, para lo cual se debe recuperar de las empresas capitalizadoras de ENFE las locomotoras a vapor y otras que las convirtieron de vapor a diesel, tranvías y los famosos ferrobuses que prestaban servicios en las rutas a Cochabamba y Arica.
Aparte de todo lo mencionado, también habían algunos coches de madera para pasajeros de esa época y herramientas que se utilizaba para el mantenimiento de las locomotoras a vapor, así mismo muchos otros equipos y muebles, vajillas, estufas, ventiladores y otros que utilizaban los ingenieros que trabajaban en la Bolivian Railway y la Peruvian Corporation, que se los podría trasladar a Uyuni. Del mismo modo hay otros materiales como teléfonos, escritorios, máquinas de escribir, de calcular, etc., que deben ser tomadas en cuenta para el proyecto del museo, lo cual sería muy positivo para la industria sin chimeneas.
La inversión que se tenga que efectuar en este proyecto puede ser recuperable con el tiempo, ya que para visitar este museo se debería pagar, como sucede en el Cusco, Perú, donde cobran hasta para visitar y tomar fotografías a la iglesia del lugar.
El autor es abogado,
especialista en transportes.
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