Acerca de consultas y otras zarandajas

El Gobierno dice estar consultando a los pueblos del TIPNIS para conocer su criterio sobre la construcción de la carretera en ese territorio, y si esa región debe ser considerada “intangible” o no. Afirma hacerlo democráticamente para conocer el criterio de los habitantes de la zona, pero ¿qué es consultar? Conversar examinando el mismo tema para llegar a un acuerdo que sea aceptable para ambas partes. Por eso es un diálogo, en el que cada uno informa al otro acerca de las ventajas y desventajas del tema tratado, es decir, le hace conocer clara y honestamente los peligros o problemas que el resultado de lo que se consulta puede tener si se decide por a ó b solución. Esto por una parte.

Por otra, el Gobierno está al mando del Estado para servir a las personas que viven en su territorio, garantizándoles que el bien común ha de ser respetado, o sea que se ha de hacer aquello que cause el menor daño posible a la mayoría. El Gobierno está para servir al país, y no para servirse de él, por lo menos si se declara democrático. Desde luego, hay gobiernos que se sirven del pueblo para satisfacer los intereses del grupo al cual pertenecen, pero éstos no pueden ser considerados democráticos, ya que la democracia es permanente diálogo, y no imposición, con el nombre de consulta o cualquier otro término.

El régimen de Evo Morales representa principalmente a los originarios de esta tierra, y reivindica la filosofía ancestral basada en “no mentirás, no serás flojo, no serás ladrón”. Por lo tanto, los actos que realice a lo largo de su mandato deberían basarse en esas normas éticas, con las cuales ha crecido, que se han vuelto fundamento de su existencia, tan diferente a las normas colonialistas traídas por los invasores k´aras llegados de allende los mares.

Pero la consulta planteada en el TIPNIS parece ser más un afán de imponer el criterio gubernamental, tanto que los funcionarios se quedan más de un día en las comunidades visitadas; además, según se ha denunciado, hacen la consulta sólo a personas que han manifestado ya su criterio favorable a esa construcción, y hay autoridades que han expresado que se están cansando de rogar por la construcción de la carretera. Afirmación que trae toda una amenaza en el trasfondo. Si eso es así, la tal consulta en realidad es un engaño, es decir una mentira disfrazada, pero mentira al final.

Otra norma ética de los ancestros precolianistas es no robar y respetar a la madre tierra. Los sembradíos de coca que se habrían intensificado en el polígono 7, junto al incremento de fábricas de cocaína en territorio del TIPNIS es un robo de territorio a los aborígenes de esa zona, realizado por los cocaleros, en un flagrante acto de colonialismo con invasión; además, la plantación de cocales roba nutrientes a la tierra, dejándola estéril por un tiempo, como lo puede ver cualquiera que mire cómo queda el terreno después de haber sido sembrado con este arbusto.

Ni qué decir de la fabricación de cocaína que utiliza ácidos y álcalis tóxicos para la tierra y las aguas de los ríos. Como se ve, se comete doble robo: de territorio ajeno, y de la fuerza de la Pachamama, hecha bajo los principios de no mentir, ni robar, y de combatir al colonialismo.

Por otra parte, el MAS denunciaba a la democracia formal practicada por los gobiernos neoliberales, y reivindicaba la democracia participativa. Pero hoy se queda con la formalidad de la democracia establecida por la elección realizada hace años, que lo ha llevado al gobierno por voluntad mayoritaria, y le da la forma de consulta a lo que no es ni consulta ni previa, sino disfraz para cumplir compromisos con minorías en contra de las mayorías.

¿Y la participación de todas las personas que viven en el TIPNIS? Eso no es necesario cuando hay gobiernos socialistas que saben lo que hacen, porque esos postulados únicamente tienen validez cuando se los usa contra el neoliberalismo y el Imperio, por un misterio de las leyes de la dialéctica marxista, que no alcanzo a comprender.