El Gobierno reforzó con más efectivos militares y policiales la seguridad en San Matías, población fronteriza con Brasil donde esta semana una turba linchó a dos brasileños acusados de asesinar a tres bolivianos.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, sostuvo que 27 militares viajaron a ese pueblo. La Policía también anunció que duplicó el número de los agentes, a veinte, para aumentar la seguridad y comenzar las investigaciones sobre los cinco crímenes.
Los militares patrullarán la frontera y su número puede aumentar porque el Gobierno está preocupado por el ingreso al país de brasileños con “antecedentes delictivos”, agregó Saavedra.
Asimismo, los agentes de San Matías denuncian que son objeto de amenazas de muerte para no investigar el linchamiento, en tanto, el fiscal de San Matías, David Veizaga, dimitió porque “está muy afectado y nervioso”, según el fiscal de Distrito de la región de Santa Cruz, Isabelino Gómez.
Por otro lado, Gómez ha pedido a las autoridades militarizar el pueblo de San Matías, donde viven unas 12.000 personas, de las cuales un 70% son bolivianos y el resto brasileños, la mayoría indocumentadas.