El “no” de los grandes

La atención mundial durante las últimas semanas estuvo puesta en los Juegos Olímpicos de Londres. Ya desde inicios de este 2012, los rumores con respecto a quiénes cerrarían dicho evento habían comenzado a esparcirse; muchos apuntaban a una posible e histórica reunión de Pink Floyd para cerrar las olimpiadas, otros decían que los Rolling Stones volverían a tocar juntos en dicha ceremonia. Lo cierto es que con el pasar de las semanas y meses se fueron cayendo muchas alternativas y los sueños de más de uno de poder ver nuevamente sobre un escenario a gente como Roger Waters y David Gilmoure de Pink Floyd se derrumbaron.

El domingo pasado, la expectativa era inmensa para ver con qué sorprenderían a los 80 mil presentes y a los cientos de millones de televidentes que siguieron la transmisión de la clausura. El organizador había adelantado que el cierre contaría con los más grandes representantes del rock y el pop británico, y es de esa forma que “Beady Eye”, grupo compuesto por los ex “Oasis”, tocaron “Wonderwall” por primera vez desde el quiebre de la banda mencionada. El grupo “Muse” interpretó en vivo “Survival”, la canción oficial de estos juegos; George Michael se lució al igual que los inoxidables “The Who” interpretando viejas canciones añoradas por sus fans de sus años dorados.

Por su parte, el lado pop estuvo a cargo de gente como “Take That” y las “Spice Girls”.

Ya con los juegos acabados y después de una exitosa clausura, un tabloide británico anunció que artistas como los “Rolling Stones”, David Bowie o Kate Bush se negaron a presentarse en la ceremonia de cierre. A esto se suma una notable revelación del diario británico que afirmó esta semana que los “Sex Pistols” habrían sido invitados para la ceremonia pero que los autores de “God Save the Queen” se negaron rotundamente a actuar.

Resulta difícil creer que algún artista se niegue a exponerse y promoverse ante tantos millones de personas, pero los Stones, Bowie o los Pistols nos demuestran una vez más que ni la mismísima realeza puede inspirarlos a ceder en sus caprichos.