La verdad aunque duela
Después de la sorprendente lección de historia colonial leída por el Presidente de los bolivianos, el 6 de agosto pasado en la ciudad de Oruro, es menester recordar a los autores de esa “magistral” obra, ya que por su obsesión con la historia nos están robando el presente, porque “nadie puede construir el futuro repitiendo fórmulas del pasado”. En consecuencia, para no perder la costumbre también han insertado en dicho texto la famosa perorata de seis años de dignidad, soberanía, democracia, productividad, Bolivia cambia, Evo cumple…
Sin ambages, nos pintan que en bonanza macroeconómica se desenvuelve el Estado Plurinacional, a la cabeza de “geniales” conductores del proceso de cambio, para vivir como reyes, hasta eliminar la pobreza de los bolivianos. No obstante emergen algunas dudas del ciudadano, acerca de ciertos aspectos del citado documento.
Cuando mencionan los cuantiosos ingresos económicos provenientes de la “nacionalización” de hidrocarburos, canalizados por la refundada YPFB, suponiendo que no mienten, ¿por qué no se cumple el decreto de nacionalización de mayo de 2006 y el Estado sólo recibe el 50% de los ingresos de las petroleras? ¿Quiénes conocen los resultados de las auditorías globales hechas en 2006-2007 a las empresas transnacionales que fueron “confiscadas”? ¿A cuánto ascienden los gastos por indemnizaciones a las transnacionales confiscadas?, ¿quiénes y con qué fundamento técnico legal recibieron esos desembolsos? ¿Quiénes se benefician con las cuantiosas “inversiones directas” que hace la estatal petrolera? Este cuestionamiento es extensivo a otras empresas que administra el Gobierno, como COMIBOL, ENTEL, BOA…
Seguidamente, mencionaron el comportamiento y bondades financieras de la banca estatal y privada. En el primer caso: en los últimos años nos tienen acostumbrados a batir records de acumulación de Reservas Internacionales (último récord: 13.000 millones de dólares). Sólo unos cuantos saben de qué se trata, de dónde provienen y el destino de esos recursos. Nos contentamos ilusamente con saber que hasta el momento cada boliviano tiene en custodia 1.300 dólares, para nuestros gastos, siempre y cuando no aparezca otro Goni y haga desaparecer ese dinero, echando por tierra tanto sacrificio de los “magos en la economía boliviana”, quienes hasta el momento, por razones de estrategia no mencionan las deudas externa, interna y otras que tiene el Estado boliviano.
En el segundo caso: se sabe que los banqueros nunca pierden y a algunos les va mejor cuando quiebran bancos, en complicidad con las autoridades de turno, porque jurídicamente todo está planificado, ejemplos de ello hay muchos. Lo que no se sabe es quién monitorea las transacciones bancarias, en especial no se conoce el origen de los depósitos bancarios, si se trata de dinero lavado, engrasado o fumigado, si existen los famosos prestanombres, encargados de la fuga de divisas a paraísos financieros.
Por razones obvias, no podemos relacionar la economía boliviana con la narco economía, porque ésta última se comporta a la perfección y sin ayuda gubernamental. Si hemos alcanzado un segundo puesto en la producción y tráfico de cocaína a nivel mundial, varios personajes tienen asegurado su futuro, más allá del año 2025.
En el acto cívico de Oruro no se olvidaron de los pobres, como gesto de reciprocidad estuvo invitado un ex Presidente de la República, a quien el Gobierno actual le debe la aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado, motivo suficiente para que dicho personaje merodee el Palacio de Gobierno en espera de su compensación.
Hablaron también de erradicar la pobreza, como un desafío para el bicentenario de la República, porque suponen que la borrachera del poder se acabará el 2025. Señores gobernantes y asesores, la pobreza no se soluciona sólo con dinero o discursos, porque este tema es más complejo. Al respecto planteamos la siguiente clasificación de pobreza material y espiritual:
Común: por carencia de bienes y dinero suficiente. Cotidiana: por falta de comida como en África y algunas regiones en Bolivia. Extrema: por ausencia de esperanza, misericordia, respeto y comprensión. Ofensiva: por falta de tolerancia y democracia. Risible: cuando no se tiene vocabulario, imaginación y sentido común. La peor: pobreza de espíritu. Cada cual ubíquese donde corresponde, porque hay gente que ni siquiera sabe que es pobre, como es el caso de algunos gobernantes socialistas Siglo XXI.
El autor es docente universitario.
almamor2003@hotmail.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |