El deshielo de los nevados

El deshielo de los nevados del país es creciente, por el cambio climático. Si no se adopta ciertas medidas, el abastecimiento de agua a las ciudades de La Paz y de El Alto puede empezar a restringirse y, en dos o tres décadas, sufrir una crisis de alcances imprevisibles.

El glaciar del Condoriri, que abastece de agua a La Paz, se redujo en el 44% desde los años 1956-58. Y el Tuni, que provee del líquido elemento a El Alto en el 55%.

Estos son los resultados de un estudio efectuado en 2007, denominado “La respuesta de los glaciares Tuni y Condoriri ante el calentamiento de la atmósfera”, el cual estuvo financiado por el Programa Nacional de Cambio Climático (PNCC) y contó con la colaboración del Instituto Francés para el Desarrollo (IRD).

Al persistir el deshielo en los últimos cinco años, el Condoriri tiene una curva de tendencia de extinción hacia el 2040-45 y el Tuni en alrededor de 2020-25.

La Asociación de Guías de Montaña de La Paz informó que, en lo inmediato, los casos más preocupantes son el Huyna Potosí y el Illimani, una vez que el nevado de Chacaltaya desapareció.

El representante de dicha organización, Nolberto Solíz, expuso que ocasionalmente caen nevadas, pero que los rayos del sol las elimina rápidamente. “Este fenómeno –dijo- afecta a la Cordillera Real desde hace tiempo, por lo que ahora tenemos menos glaciares que hace 10 años”. Citó el caso de Chacaltaya, que una década atrás, tenía mucha nieve y ahora carece totalmente.

En la percepción de Soliz, respaldada por la amplia experiencia de los guías de montaña, que promueven el turismo hacia las alturas, “de seguir esta situación, los nevados como el Illimani y el Huayna Potosí podrían desaparecer en al menos 45 años más”. El nevado que engalana a esta capital carece ya de nieve en parte de su lado derecho. El Huayna Potosí redujo su espesor blanco en el 30%.

El deshielo está provocando que cada año se vaya perdiendo la capa de nieve y después lo que quedarían son los picos en roca mixta, las que son más complicadas para la actividad turística. El representante de los montañistas estimó que anualmente llegan al país unos 5.000 turistas extranjeros, para practicar “trekking” (escalamiento), tras ser entrenados por la Escuela de Guías de Montaña.

La organización GAIA Noticias refirió que Bolivia necesita contar con una ley que resguarde los glaciares y nevados, para protegerlos de las emisiones de carbono que se generan en su propio territorio.

La legislación traería grandes beneficios a la biodiversidad y a la misma población, porque al prever que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, se controlará el deshielo y el aumento de las temperaturas.

El director del Instituto de la Montaña en Bolivia, Dirk Hofmann, refirió a GAIA que en Chile y Argentina lograron que se aprueben aquel tipo de leyes, tras difíciles batallas. Las organizaciones ambientalistas que tomaron parte de esa lucha tuvieron en cuenta que el deshielo de los glaciares podría provocar grandes desastres naturales, entre ellos la subida del nivel del mar.

Considera que en Bolivia el panorama es diferente porque no tiene mar, pero afectaría severamente al abastecimiento de agua para el consumo humano y la agropecuaria, debido a que no se tienen criterios oficiales para administrar este recurso vital.

Según la BBC, un estudio sobre Macroeconomía, en torno a las variaciones climáticas en el último medio siglo, publicado en la revista American Journal Macroeconomics, estableció que cada aumento de un grado centígrado en la temperatura reduce el crecimiento económico de los países en desarrollo en cerca de 1,3%.

El mismo servicio noticioso difundió fotos en las que se ve que la nieve en Groenlandia, en el Ártico, se redujo a sus costados, o sea en el 97%. En Estados Unidos, la sequía de este año afectó a dos tercios de su territorio.

En Bolivia, ninguna de sus regiones dejó de confrontar este año agudas sequías, aunque en mayor proporción la occidental.

Factor coadyuvante al deshielo de los nevados vecinos es la luminosidad de los techos de calamina. La Municipalidad de La Paz tiene ordenanzas que obligan a que éstos sean pintados, lo que no ocurre.