Manuel Jemio Vera
La experiencia de los indígenas del TIPNIS, en su novena marcha, muestra que no existen cambios sustantivos en su situación, cuando todo se repite y la sociedad permanece en las cosas pequeñas. Pensadores clásicos nacionales como Sergio Almaraz, René Zavaleta, Ramiro Condarco Morales, Alcides Arguedas y Fausto Reinaga, con sus lecturas de la realidad boliviana reflejan en el tiempo lo que hoy sucede con los indígenas, la conducta de los políticos y el rumbo del país.
Los gobernantes primero legislan sobre un TIPNIS intangible, y luego borran lo que hicieron. Significa la ausencia de un proyecto nacional, de ahora y antes, una historia que se repite como eterno conflicto en todo lo que se hace.
Los políticos despiertan grandes esperanzas, plantean la lucha contra lacras sociales como la corrupción, pero finalmente todo se achica, se retorna a lo de siempre, hábito de neoliberales, indigenistas, indianistas, populistas, todas las corrientes caen en lo mismo. Contrasta con la evolución mundial, cambiada por transnacionales, se avanza y hasta parece de manera automática, sí, con crisis, pero lejos de quienes quedamos. Eterna lucha por lo diario, la sobrevivencia. Historia que se repite.
Zavaleta identifica a los indígenas como factor para el dominio político, al afirmar que quien controla al indio, controla al país. Los políticos para hacerse del Gobierno pretenden atraer a los indígenas, usándolos por su natural sentido de rebelión, originado principalmente por su extrema pobreza. Obtenidos sus objetivos, aquéllos incumplen los cambios sustanciales ofrecidos. Demagogia que se repite.
Reinaga exalta al indio por su pasado histórico y el sistema de vida que tiene, pero cuando se incorpora a otro, al urbano, se deforma con las lacras y vicios de las clases medias y los grupos de poder. Esto se observa hoy. Ciertos grupos de indígenas en el poder usan para beneficio propio el aparato estatal. Enceguecidos por las ventajas que proporciona el mando político, buscan autoridad a plan de latigazos. Son grupos que se apartan de sus bases. Pasó antes y ahora. Historia que se repite.
En la lucha política se identifica a la corrupción como práctica habitual en el sistema. Esto toca a todos, sean neoliberales, populistas, indigenistas y de otras corrientes. Lo que hoy pasa demuestra el “ahora es mi turno”. Se benefician los grupos en el poder, y se quedan en el camino quienes sirvieron de escalera, siendo además perseguidos, golpeados, encarcelados, procesados judicialmente. No es nuevo, la historia se repite.
La “ausencia de memoria” de los acontecimientos políticos, es práctica habitual de los bolivianos. No existe continuación en los procesos, ni en las personas, por tanto se vive una realidad ahistórica, olvidando el pasado. La experiencia demuestra a los indígenas que sólo consiguieron resultados magros. La causa estructural radica en su pobreza. Apoyan a quien se presente, sólo para conseguir pan, asistencialismo, como sucede hoy.
El historiador Condarco Morales relata la experiencia de los indígenas en relación con los liberales, los grupos urbanos. Éstos hacen ofertas, alianzas, ganan a los indígenas con su discurso y propuestas, donde se halla principalmente el problema de la tierra, como sucede hoy con el TIPNIS. Los usaron para sus fines, pero cuando los originarios crecieron, había que unir fuerzas para controlarlos y eliminarlos.
Alcides Arguedas caracteriza a los políticos como grupos sin creatividad, rutinarios, carentes de conciencia por la función que cumplen. Sólo buscan enriquecimiento, figuración, ser enaltecidos sin merecerlo. Poco importa si se destruye o hipoteca al país, siendo historia que se repite, con neoliberales e indigenistas.
Insiste en los rencores y desconfianza que tiene el indígena con los extraños a su raza, resultado, por supuesto, de su exclusión social y una vida al margen del sistema moderno. Usan elementos de la tecnología actual, celulares, Internet, abonos sintéticos, pero el problema cultural no es resuelto. Los políticos insisten en su pasado miserable y las grandes culturas que construyeron, buscando mantenerlos en el pasado, sólo para fines de coyuntura. Cuando los indígenas crédulos de reconocimiento avanzan, se dan cuenta que fueron usados. Historia que se repite.
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