La representación de Derechos Humanos en el país dejó de ser un ente independiente y con postura objetiva desde que se dividió en dos facciones, una que alienta cada acción ejercida por el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) y otra que mantiene una posición de apoyo a los sectores sociales que confrontan al Ejecutivo.
El caso de Sacha Llorenti y su anticipada postulación para ser el representante de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) generó dos posiciones en esta entidad sobre alguien que fue parte de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos antes del ascenso al poder de Evo Morales.
La presidenta de la APDH de La Paz, Teresa Zubieta dijo que Llorenti no tiene ningún impedimento moral para acceder a ese cargo representativo en el exterior.
“Por qué va a tener impedimento, creo que la oposición, la derecha, le ha estado haciendo un proceso respecto a dos acontecimientos, sin embargo parece ser que el Ministerio Público ha indicado que ese proceso que se le estaba siguiendo o esas investigaciones, ya se han dado de baja, entonces la Fiscalía ha comprobado que la situación ha cambiado, no es lo que le han acusado y lógicamente nos imaginamos que eso ha permitido que el Gobierno actual pueda postularlo como embajador ante las Naciones Unidas”, dijo.
En tanto, tras conocerse la postulación de esta exautoridad, cuestionada por su participación en la represión a la marcha indígena del Tipnis en Chaparina, el pasado 25 de septiembre, otra postura fue asumida por DDHH.
La titular de la APDH de Bolivia, Yolanda Herrera, calificó como una muestra de impunidad contra los derechos humanos si se da la designación de Llorenti a la ONU.
“Para nosotros no cabe duda, la policía no se puede mandar por sí sola, no se puede haber indicado que se ha roto la cadena de mando porque el ministro de Gobierno es quien representa al presidente y es quien manda a la policía y lo que ha ocurrido en Chaparina está claro”, expresó Herrera.
Ambas instancias se ven enfrentadas y cada una niega la representatividad de la otra en una suerte de división que favorece al régimen de Morales Ayma y que ha caracterizado estos seis años y medio de gestión del proceso de cambio.
Llorenti fue parte de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz durante la gestión 2002 a 2003 y luego titular de esta instancia tras la salida del abogado Waldo Albarracín, de quien fue colaborador, cuando este pasó a asumir el cargo de Defensor del Pueblo. Participó en la huelga de la clase media que pedía la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada los días de octubre negro junto a la entonces defensora del Pueblo, Ana María Romero de Campero y otros intelectuales.
DATOS
- APDHB tiene como presidenta a Yolanda Herrera y se opone a designación de Llorenti.
- APDHLP está dirigida por Teresa Zubieta y no ve obstáculos para que el exministro sea representante internacional.
- Sacha Llorenti fue parte de la directiva de la APDHLP durante el último gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
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