Producción de soya responsable

El 26 de julio último, bajo el auspicio del IBCE, se desarrolló en Santa Cruz un encuentro importante para debatir la producción de soya responsable, para ajustarse a los estándares de la RTRS.

Según se presentó en la reunión y en el documento informativo emitido por el IBCE, la soya es el único cultivo transgénico producido en Bolivia, con resistencia al herbicida glifosato, aprobado por el Decreto Supremo 28.225 de 01/07/2005, para su producción y comercialización. El salto tecnológico para los productores de soya bolivianos ha beneficiado económicamente a éstos. ANAPO agrupa a más de 14 mil productores entre pequeños, medianos y unos pocos grandes, unos 46.000 trabajadores de campo, pero cuya actividad a lo largo de todo el complejo significa ocupación para unas 300.000 personas.

Debido a los constantes ataques de grupos consumidores que consideran que los cultivos transgénicos causan daños a la salud en Santa Cruz, desde que se hizo la propuesta de tener productos transgénicos se ha trabajado responsablemente, no se ha evidenciado que la producción biotecnológica de la soya hubiera causado daños al ser humano, o a los animales en Bolivia.

Por lo anterior, interesa destacar que los requisitos del Estándar de Producción RTRS están divididos en los siguientes Principios:

1.- Cumplimiento legal y buenas prácticas del negocio. 2.- Condiciones laborales responsables. 3.- Relaciones responsables con la comunidad. 4.- Responsabilidad ambiental. 5.- Buenas prácticas agrícolas.

ANAPO señala que: “dentro de este concepto de RTRS, y como parte integrante y dinámica en la promoción del cultivo de la soya -como ha sido en sus 38 años de existencia- se ha sumado a este proyecto global y forma parte de la Mesa Redonda del mismo, capacitando a sus miembros hacia la certificación en la producción de soya bajo estándares de RTRS, lo que redundará en un incremento de la rentabilidad de producción responsable, permitiendo además ampliar las exportaciones a nuevos mercados internacionales”.

En la actualidad, las exportaciones del complejo oleaginosas están concentradas en un reducido grupo de países latinoamericanos.

El Estándar de RTRS se aprobó en el 2010. El mismo año la fundación holandesa “Solidaridad” y RTRS, a través del IBCE, tomaron el primer contacto con ANAPO para iniciar el proceso en Bolivia y difundir la norma entre los productores para la aplicación de los principios y criterios de la producción de soya responsable. Al mismo tiempo se inició el proceso de interpretación nacional de la norma, procedimiento que RTRS realiza con todos los países, sujeto a las realidades nacionales.

El proceso se realiza a través de IBNORCA y, a la fecha, el documento de interpretación nacional se encuentra en etapa de consulta pública.

La idea consiste en una interpretación nacional en la aplicación de los estándares internacionales, para su difusión y aplicación en toda la cadena de la producción de soya.

Para ello además, según reitera ANAPO, “la seguridad jurídica de la tierra y la libertad para producir y exportar todos los productos del complejo oleaginoso son pilares fundamentales para contribuir a la soberanía alimentaria en el país, así como expandir las exportaciones que significan proveer de alimentos a una población mundial que crece vertiginosamente bajo la amenaza del cambio climático en el planeta”.

Actualmente la RTRS cuenta con 150 miembros provenientes de países de todo el mundo, entre ellos Alemania, Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Dinamarca, España, EEUU, Finlandia, Holanda, Francia, India, China, Singapur, Noruega, Paraguay, Uruguay, Reino Unido, Suecia y Suiza.

Todo lo anterior es una clara muestra de que el sector productivo cruceño no tiene “flojera” y contrariamente se empeña en seguir produciendo, bajo normas que tienen certificaciones que avalan condiciones óptimas de producción.