La organización Amnistía Internacional (AI), denunció ayer que la población civil de Alepo vive “un enorme grado de violencia” en la batalla entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes para controlar la ciudad, que incluye bombardeos aéreos y ejecuciones sumarias.
Un informe de once páginas, basado en datos recogidos sobre el terreno durante la primera quincena de agosto, documenta “los cada vez más frecuentes ataques aéreos y de artillería de las fuerzas gubernamentales contra zonas residenciales”.
AI afirmó que a menudo los ataques no distinguían entre combatientes de la oposición y residentes civiles, y parecían “dirigidos al azar” contra barrios controlados por la insurgencia y no contra objetivos militares específicos.
“El uso de armas imprecisas, como bombas no guiadas, proyectiles de artillería y morteros, por parte de las fuerzas gubernamentales ha aumentado dramáticamente el peligro para los civiles”, declaró Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a la crisis de AI, que ha regresado recientemente de Alepo.
Durante una visita de diez días a la ciudad, la organización investigó alrededor de 30 ataques en los que murieron o resultaron heridos decenas de civiles que no participaban en las hostilidades, entre ellos niños.