Chao, chao bambino

El viernes en la noche se realizó en los salones del naiclú “Malena” de la ciudad de El Alto una fiesta de despedida en honor al señor Sacha Llorenti, quien ha sido escogido por el presidente Evo como embajador de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas con sede en New York.

Emocionada ante la perspectiva de asistir a un acto social de tanta altura (4 mil metros de altura sobre el nivel del mar), mi pariente espiritual Macacha decidió asistir en mi compañía a este evento social organizado por la Academia Nacional de Yatiris presidida por nuestro amigo Huayruru.

Nos emperifollamos convenientemente, pregunté a Macacha si llevaba dinero suficiente para alternar con dignidad en un ambiente cuasi diplomático y emprendimos veloz carrera montados en mi motocicleta Harley Davidson en un raid nocturno al que nominamos “Polleras al Viento” para decirle chao, chao bambino Sacha Llorenti.

Al llegar al “Malena”, la cochabambina me preguntó si yo parlaba italiano, lo cual impresionaría gratamente al embajador Llorenti, respondiendo sin parpadear ni titubear: “pícola cochabambina, yo parlo en italiano macarrónico pero piano, piano, iremos lontano”.

Los yatiris que habían conocido molto bene al ex – Ministro de Gobierno del presidente Evo hicieron aparecer un gigantesco letrero acompañado de una fotografía tamaño natural de don Sacha, a quien los yatiris decían: “chao, chao bambino”.

Mi entusiasta comadre nacida en Quillacollo me preguntó en la oreja si ella era mi bambina; casi estuve por decirle que sí, pero preferí no crear en ella falsas ilusiones y cual un italiano vero le musité en la oreja: “usted no es mi bambina sino mi comadre cochabambina, que no es lo mismo que cuchi bambina”.

Como el futuro embajador demoraba en llegar, algunos intelectuales alteños, todos de gran altura, comenzaron a jalarme de la lengua para conocer mis opiniones periodísticas acerca del ex – ministro de Gobierno, señor Sacha Llorenti; y no vacilé en manifestarles que el bambino me parecía bastante inteligente y molto vivace, pues después de la represión gubernamental realizada contra los heroicos marchistas del TIPNIS, él dijo que sabía quién había ordenado las acciones en Chaparina, pero nunca reveló ese nombre, aunque los bolivianos que no somos tontos sabemos quién es el que da las órdenes en el país.

El pícolo bambino es ahora il novo ambasciatore de Chaparina para las Naciones Unidas, “está bien, compadre, que se alegre un poco” -dijo mi comadre-. “Está bien que sea allegro, ma non tropo”. Y me sacó de la fiesta andante in moto.