El embajador, jefe de la Delegación de la Unión Europea, Kenny Bell, y su esposa, Valentine Verbeke de Bell, ofrecieron un cóctel en su residencia de Calacoto, con motivo de la culminación de sus misión en el país.
Fueron casi cinco años en los que el diplomático estuvo al frente de la Embajada trabajando activamente a través de la cooperación europea en diversos ámbitos del conocimiento.
En su discurso de despedida, el Embajador habló de su llegada al país el año 2008, durante un brote de conflictos lo que dio lugar a recordar muchas anécdotas. Agradeció a todos por su colaboración. “Nos llevamos muy ricas memorias, hermosas experiencias de Bolivia, un país que es realmente especial para nosotros, y nos llevamos tres bolivianitos en la familia”, dijo a tiempo de brindar por la salud y el bienestar de los presentes.Finalmente anunció que en pocos días llega su sucesor.