La mentira: verdad política

En nuestra historia política la mentira es verdad y la verdad, aterradora mentira. En su nombre se ha hecho víctimas a los que pregonan lo cierto y héroes a quienes engañan.

En latín “mentior” es mentir, fingir, engañar, imitar. “Veritas” significa verdad, realidad, rectitud, sinceridad. En esta lucha de contrarios, navega viento en popa el engaño, sinónimo hermanado del mentir; aureola que prestigia el incumplimiento y la ignorancia como virtud.

¿Qué ciudadano podría atreverse a negarlo? “Existe con certeza soberanía en los poderes del Estado y la Coca Cola imperialista es inferior al refresco de mocochinchi” (?).

En cambio, mensajes y discursos “malinterpretados” por la prensa neoliberal, “adulterados”, “fuera de contexto”, constituyen el pan amargo de “inmaculados” políticos que, coyunturalmente, pisan fuerte.

La ciencia no podría explicar por qué modernas grabadoras y cámaras ejercen en el mismo instante de las declaraciones políticas cierta conducta individual, de libre albedrío y de libre traducción, “tergiversando” el registro técnico de los sucesos, de manera que la verdad, en cuestión de segundos, se transforma en “tendenciosa”. Para colmo, el equipo de grabación no se sabe si por la altura o por un fenómeno cósmico inexplicable, registra los eventos políticos “fuera de contexto” (?).

Empero, para la opinión pública nacional e internacional, hay instituciones bolivianas que anulan la mentira como verdad política. Una de ellas, prestigiosa y valiente, supera los cien años de agitada vida: EL DIARIO.

Su vigoroso mensaje constituye punto obligado para la ciudadanía. Es la institución voceada a grito abierto en los confines del territorio, como constante defensora de nuestra heredad patria. EL DIARIO, alimento espiritual, nos habla de patriotismo, de conservar por entre todos los peligros la integridad nacional. El Decano de la Prensa Nacional es enemigo de la mentira política; abanderado de la verdad.

El renombrado matutino ha sobrevivido a sus detractores de antaño, lo afirman 108 años de existencia. Con absoluta seguridad, sobrevivirá a los nuevos idólatras del sofisma.

(clovisdiazf@gmail.com)