El Diario fiel a su línea de servicio

Si se aprende más de los tropiezos y adversidades que de los triunfos, El Diario sabe mucho de estas batallas, porque siempre supo levantarse de las caídas, asimilar las horas de gloria con modestia y olvidar el afán personal por el servicio a la comunidad.

El apostolado fijado en 1904 permanece vigente, los principios con los que nació son hoy columnas de su razón de ser, de manera que las personalidades que han pasado por la dirección y jefatura de redacción fueron fieles a estos postulados.

El Diario no se ha pronunciado oficialmente sobre una presunta querella del Gobierno por incitar supuestamente al racismo o enfrentar a regiones de nuestro país. Frente a esta posición sólo podemos decir que nos debemos a la opinión pública en general y a nuestros lectores en particular, para señalar que siempre fuimos respetuosos en todos nuestros actos, comentarios y opiniones y no tenemos por qué cambiar de actitud.

Un medio de comunicación refleja sólo los hechos, es decir, en la relación causal, ve los efectos, no tiene motivo para modificarlos y, cuando ve en estos hechos cierta trascendencia, va a investigar las causas. Su particularidad le obliga a ir más allá, en ese orden está la orientación y la educación, factores que nunca deben estar ausentes en sus ediciones.

A la hora de las afrentas es bueno guardar un silencio respetuoso, pero ello no implica ignorar el acontecimiento, sino saber medir y evaluar el problema para dar una respuesta sensata y orientadora. Esta capacidad de autocrítica nos permite caminar con mayor firmeza en la tarea diaria, con mayor madurez a la hora de responder con respeto.

Ratificamos nuestra posición al señalar que no cometimos error en la publicación de la nota del 16 de agosto y sólo reflejamos una realidad y la posterior protesta de una región por una causa que ellos consideran justificable.

Respetamos a todos los órganos constituidos, respetamos la posición de los que disienten, pero, fundamentalmente, respetamos a nuestros lectores a quienes les entregamos el mejor de nuestros esfuerzos, teniendo presente que el valor máximo es la comunidad mayor, el país.

Ésta es nuestra línea diaria, ésta es nuestra consagración de cada jornada, éste es nuestro apostolado, porque la comunicación fue y seguirá siendo un servicio a la comunidad.