Panoptico sobrepoblado

Señor Director:

El Panóptico ubicado en la zona de San Pedro en la ciudad de La Paz es testigo mudo de la convulsionada historia de Bolivia, porque no sólo albergó a reos de delitos comunes, sino a políticos opositores, indígenas insurrectos o artistas inconformes. Sus muros evidencian sus más de cien años de existencia, aunque ni de ese dato ni otros, como los nombres de sus visitantes, por ejemplo, hay certeza absoluta. Sólo se sabe que desde su nacimiento ya sufría de sobrepoblación.

Se sabe que el 2 de enero de 1885 el presidente Gregorio Pacheco ordenó al Prefecto de La Paz que “se levante el respectivo presupuesto para atender a las reparaciones y arreglo y en su caso a la reconstrucción” del local que funcionaba como cárcel y que, según datos de la Subsecretaría de Régimen Penitenciario, pasó de propiedad de María G. de Borda a manos del Estado.

El Gobierno hizo más que simples reparaciones, porque en 1886 decidió emprender la construcción de una cárcel diseñada por el arquitecto Eduardo Idiaquez.

Las obras fueron paralizadas en varias ocasiones por falta de recursos económicos, factor que además determinó la modificación del proyecto original. Por ejemplo, las puertas de las celdas que debían ser de hierro al final fueron de madera, con lo que se ahorraba un 20% del costo inicial, según una resolución gubernamental del 5 de mayo de 1890.

Finalmente, el 16 de abril de 1891 se decidió trasladar a los presos a la nueva cárcel. Según los Anuales de 1892 (registros estatales), el Presidente de la República felicitó la “patriótica cooperación” de la Junta Directiva encargada de dirigir la obra “que se encuentra completamente terminada y en estado de entregarse...”.

Es probable, sin embargo, que la cárcel aunque inaugurada, que era sólo para 300 reclusos, hubiera permanecido inconclusa. El presidente Mariano Baptista, mediante la Ley del 11 de noviembre de 1893, dispuso: “Que el impuesto adicional sobre la coca avaluado en la cantidad fija de bolivianos 40.000 se destine exclusivamente para la obra de la penitenciaría que se edificaría en la ciudad de La Paz”.

Hermógenes Sócrates Apaza

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