A seis años de su partida recordamos al Tigre más grande de la barra. Nos dejó un gran legado

Rompe la piedra, tiembla la vicuña



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Raúl Riveros, más conocido como el Chupa, fue el mayor símbolo de la hinchada stronguista, un verdadero fanático por su club, pero ante todo un caballero dentro y fuera de la cancha. Dejó un gran recuerdo en la memoria de la familia atigrada. No logró cumplir su sueño anhelado, festejar los 100 años de su Tigre querido en 2008, falleció dos años antes de esa fecha tan especial.

Él mismo se calificaba como un verdadero paceño por haber nacido en uno de los sectores más tradicionales de La Paz, por inmediaciones de la plaza Churubamba (Alonso de Mendoza), exactamente en la avenida Pando entre las calles Inquisivi y Chuquisaca.

Además de su reconocida caballerosidad y educación, sus amigos lo recuerdan como un verdadero patriota, de sus labios siempre se escuchaba la frase “primero soy boliviano, luego paceño y después stronguista”.

HOJA DE VIDA

Raúl Riveros Gonzáles nació en la ciudad de La Paz un 27 de septiembre de 1922. Sus padres fueron María Gonzáles Borda y Manuel Riveros Vera.

Hizo sus estudios, primarios y secundarios en el colegio La Salle, salió bachiller en la promoción de 1945. Desde muy chico practicó varias disciplinas deportivas: ciclismo, atletismo, natación, voleibol, básquetbol y fútbol. Tiempo después, antes de salir bachiller, Roberto “El Negro” Ayllón lo escogió para jugar básquetbol y fútbol en el club Ingavi. Después de varios campeonatos y entrenamientos sin tregua logró cumplir su sueño dorado de jugar en la Primera División, tanto de fútbol como de básquetbol, junto con el equipo que dirigía Ayllón.

Su fama como hincha nació en la Curva Sur, sector que se hacía cada vez más popular por los grupos de amigos que lo frecuentaban. En el grupo del Chupa Riveros estaban Paulovich, Dr. Mena Morales, Cnl. David Fernández, Chingolo Orozco, Cnl. Eladio Sánchez, para nombrar algunos. Otro grupo que solía visitar este sector del estadio era el compuesto por conjuntos y solistas folclóricos, entre ellos Los Caminantes, Los Caballeros del Folclore, Los Divinos, Benjo Cruz y José Zapata.

Algunos personajes públicos con los que se encontraba en la Curva Sur fueron: Gral. Barrientos, cuando era Presidente andaba sin guardaespaldas; Ñuflo Chávez, Ministro de Asuntos Campesinos, David Fernández, Ministro de Gobierno y muchos otros.

Raúl Riveros falleció el 31 de agosto de 2006, en la clínica Modelo. No soportó el periodo de recuperación de la operación a la que fue sometido días antes.

Un día como hoy hace seis años, el conocido hincha número uno del Tigre dejaba esta tierra, estaba internado en una clínica de La Paz luchando contra la muerte luego de una delicada operación a la que había sido sometido por una úlcera gástrica. Su cuerpo no aguantó más y en la madrugada de ese 31 de agosto de 2006 su corazón dejó de latir, su afección fue una úlcera gástrica que necesitaba intervención quirúrgica en carácter de urgencia.

Por años el Chupa Riveros se había vuelto el símbolo de la pasión por un equipo de fútbol, era el ejemplo de cómo debía vivir un fanático por su camiseta, los colores del Tigre estaban bien impresos no sólo en sus objetos personales, sino en su mismo corazón. Quienes lo conocieron lo recuerdan como un verdadero caballero antes, durante y después de los partidos de su adorado equipo.

The Strongest no ingresaba a la cancha sin antes escuchar el grito de guerra del Tigre al puro estilo del Chupa, “stronguistas, kalatakaya huarikasaya, hurra hurra, viva el strongest”. Una vez que lo hacía saltaba a la cancha con sus guerreros y luego se dirigía a la curva sur para repetir la operación junto a los hinchas de ese sector en el estadio Hernando Siles.

Esta fue la última entrevista al Chupa Riveros y tuve la suerte de hacerla, días después falleció dejando un recuerdo imborrable en mi vida. Esa oportunidad pude conversar de cerca con uno de los hombres más recordados en la historia de The Strongest, el hincha número uno del decano del fútbol profesional.

Don Raúl, se lo extraña en la cancha apoyando a su equipo.

Si, como tú dices han venido muchos amigos a visitarme, todos los stronguistas. Cabalmente extrañan el grito de guerra en la curva sur, el Kalatakaya Huarikasaya. Yo les tengo que decir que cuando esté sanito creo que voy a estar nuevamente con un Kalatakaya Huarikasaya allá en el campo del estadio La Paz como lo llamo siempre.

¿Cuál es la anécdota del Tigre que más marcó su vida?

Me acuerdo de Viloco, cuando se ha caído todito el Strongest a la vuelta de Santa Cruz en septiembre, estaban volviendo porque habíamos ido a jugar allí contra Oriente creo. Estaba viniendo el equipo y entre los pasajeros estaba un Raúl Rivero y cuando cayó el avión dijeron el Chupa Riveros ha muerto. El 26 se estrelló ese vuelo y el 27 estaban los hinchas en mi casa con sus coronas. Fueron todos los amigos para el entierro y a darle el pésame a mi señora y ella les dijo que yo no había viajado, que estaba vivo. Todos los dolientes botaron sus coronas. Ese 27 era mi cumpleaños y cuando vieron que no había muerto comenzaron ese mismo rato a festejarme.

Usted forma parte de la historia de la selección porque ayudó a crear uno de los gritos más populares, ¿cómo fue aquello?

En principio ya sabíamos que iba a ser la sede del Sudamericano aquí en Bolivia, y apareció el Pollo Orozco que era profesor de Educación Física con su amigo íntimo de apellido Aguirre. Entonces él comenzó con una primera reunión entre ellos, el Chicho Navarro y un señor más de apellido Zambrana. De ellos tres eran profesores, Zambrana, Orozco y Aguirre. El Chicho Navarro y yo como estábamos siempre en la curva sur ya nos habíamos caracterizado por lo que hacíamos con nuestros clubes y por eso nos escogió.

¿Y cómo era esa barra que por primera vez se escucharía en el Sudamericano?

El Pollo ya tenía planificado lo que iba a ser el grito de apoyo a la selección boliviana, el Bo bo bo, li li li, via via via, viva Bolivia, toda la vida, con su Litoral. Así era la primera ocasión, hemos entrado y debutamos con ese grito por primera vez (para la selección). Esa es la historia del Bo bo bo, yo me siento orgulloso de ser uno de los inventores del grito.

¿Qué mensaje le da a la hinchada stronguista, en especial a los que sólo van a la cancha cuando gana el equipo?

A toda la hinchada le digo, para el Strongest no hay categorías de clases sociales ni clases medias, el Tigre tiene una sola que es la verdadera, que son los hinchas verdaderos, esos hombres, esos viejos, esos jóvenes, los niños y además porque no acordarme de las damas, también hay cada mujer que sinceramente me puede ganar a ser el número uno, pero ya está hecho el número uno y ya no hay problema por eso. Pero hay gente, mujeres que se pueden rajar por el poderoso Strongest lo mismo que los niños, porque cuando el Tigre está perdiendo salen llorando y los que más sufren son los papás. Toda la vida ha sido así, desde que yo he comenzado esa vida desde chiquito, así también recuerdo que los papás los llevan a sus hijos. Ellos se me acercan y quieren verme y abrazarme, antes que ellos lo hagan yo ya lo hice. Esa niñez hay que cultivarla, y honrarla con lo que más quiere, el negro y amarillo.

¿Nos puede dedicar el grito de guerra del Tigre que tanto lo caracteriza a usted?

Si, está bien, pero te aclararé, a pedido tuyo, si no fuera una clínica y no estuviera medio débil como en este momento, si fuera un campo deportivo o la calle yo te lo grito con toda el alma, pero hay que respetar la clínica, y te lo voy a decir como si fuera un secreto mi gran Kalatakaya. (En voz baja baja) Stronguiiiiiistaaaas, Kaaaaaalatakaya Huarikasaya, hurra hurra, viiiiva el Strooongest, que viiiva. Con todo mi cariño.

Esa fue la nota que el querido chupa Riveros me brindó una tarde de agosto, cinco días antes de la operación a la que fue sometido para curarle las úlceras, al despedirme le hice notar que los seguidores de The Strongest esperaban verlo de nuevo dando el grito de guerra y esto fue lo que respondió:

“Cierto, vas a ver que voy a estar en menos de un mes creo bien, bien, bien, porque también los médicos a sus pacientes los cuidan y les dicen ya está usted operado y vaya no más a gritar allá. Yo creo que después de un mes voy a estar gritando en la cancha, yo creo que en un mes voy a estar bien, vas a ver, te vas a estar dando cuenta”.

Ese día no llegó, una semana después se anunciaba en los medios el deceso del Chupa Riveros, pero se iba contento porque los integrantes de las barras del Tigre le habían comunicado días antes que en homenaje a él en vida habían decidido declarar el Día del hincha Stronguista el 27 de septiembre, fecha de su cumpleaños.

RECUERDOS DE FAMILIA

PELÉ

Una de las anécdotas más recordadas en la Curva Sur es cuando el Chupa Riveros le regaló un chullu a Pelé.

El jugador brasilero descubrió la placa del club The Strongest en conmemoración del accidente de Viloco y el hincha atigrado le hizo dar la vuelta olímpica al estadio Hernando Siles para que saludara a todo el público asistente.

EL APODO

Su alias se lo debe al grupo de boyscouts de la Brigada “Hugo Montes” de su colegio. El comandante de aquella brigada era su profesor y amigo Carlos Pozo Trigo. Durante sus excursiones a Los Yungas le gustaba cantar un vals donde resaltaba la frase “no sabes china boba quién soy yo, buen cantor, guitarrero y chupacaña”.Desde entonces lo empezaron a llamar Chupa caña, que con el tiempo se transformó en Chupa Riveros.

RECUERDOS

Su hija Patricia recuerda que después de su fallecimiento, al revisar algunas de sus cosas encontraron una colección de objetos que había guardado toda su vida, todos con los colores amarillo y negro, desde los más pequeños papeles que encontraba en la calle, “eso dice que mi papá era una persona muy buena y totalmente encariñada con The Strongest”.

LOS MALMANDADOS

Nadie puede olvidar a su grupo de amigos, su hija recuerda que cada sábado sus amigos iban a su tienda en la mañana, eran conocidos como Los Malmandados porque cada uno de ellos salía a comprar el pan o el refresco a esa hora y volvían en la tarde o en la noche después de haber tomado unas cervezas. A veces los hijos iban a recoger a sus papás o las esposas lo hacían.

EL CHUPA RIVEROS VISTO POR LOS ENTENDIDOS

Ricardo Fontana
Ex futbolista

Era una persona extraordinaria, siempre nos acompañó en los partidos dando el grito de guerra del equipo. Todo un caballero, cariñoso, respetuoso, estuvo al lado del equipo en la buenas y en las malas. Recuerdo que cuando llegué a Bolivia él me dio una bienvenida calurosa y me deseó todo lo mejor para quedarme en el Tigre. Lastimosamente se fue junto a otros grandes stronguistas como don Rafael Mendoza o un gran amigo como lo fue Luis Iriondo, siempre lo voy a llevar en mi corazón.

Alberto Funes
Periodista

Definitivamente fue un ejemplo como hincha, recuerdo que la primera vez que lo vi fue en el estadio Hernando siles apoyando a la selección junto a sus amigos en la pista atlética, luego mostró su identidad con The Strongest al que lo alentó en la boca de túnel. Un hincha que se alejó de toda intención de formar parte del directorio. Fue una persona dentro y fuera de la cancha, como diríamos, identificada por el respeto con todos. Nunca dejará de ser recordado porque fue un ejemplo de hincha en Bolivia.

Reynaldo Calatayud
Jefe de la Ultrasur

Fue una persona que en vida siempre nos enseñó respeto no sólo por nuestro clásico rival, también por los otros, decía que en la cancha somos enemigos pero que afuera éramos hermanos. Era un caballero y lo demostraba siempre, aun cuando en Bolívar le cerraban la puerta en la cara él los respetaba, lo que más recuerdo es su grito de guerra porque a sus más de 80 años se hacía sentir en la cancha. Lo mejor que nos ha dejado ha sido que en su cumpleaños festejamos el Día del hincha Stronguista lo que pude comunicarle antes de su fallecimiento.

Leonardo Alvarez

 
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