Roma.- La capilla ardiente del cardenal italiano Carlo Maria Martini, que falleció el viernes a los 85 años, ha quedado instalada ayer en la catedral de Milán, que por la noche permanecerá abierta para permitir a los fieles despedirse de él, mientras que mañana se realizará el funeral.
El féretro con sus restos fue trasladado desde el Instituto Filosófico Aloisianum, un centro europeo de formación de la Compañía de Jesús situado en la localidad lombarda de Gallarate en el que transcurrió sus últimos años, hasta el Duomo (catedral) milanés, donde fue acogido por los obispos lombardos y el arzobispo de la ciudad, Angelo Scola, informó Efe.
La entrada de los restos mortales de Martini a la catedral tuvo lugar entre los aplausos emocionados de varios centenares de fieles que se habían congregado en la plaza frente al Duomo para despedir al cardenal, considerado siempre como “papable” y como uno de los máximos exponentes del ala progresista de la Iglesia católica.