Si usted aspira a que lo aprecien. . . No se rebaje. El muchacho deforme que no se queja no habla de su deformidad; la chica que no es bonita pero que se lo calla y trata de sobresalir en otras cosas; la mujer que sufre una pena y no lo revela; el hombre que experimentó un desengaño y sigue adelante con una sonrisa. . . todos ellos actúan con una fuerza mental y moral más efectiva que la de los que, dando rienda suelta a la lengua, se deshacen en lamentos, contando hasta sus mínimas tribulaciones y pesares.