SALUD
El equipo, liderado por el profesor Bryan Lask, de la unidad de desórdenes alimenticios del hospital británico Great Ormond Street, afirma que una parte del cerebro es diferente en quienes sufren de anorexia, considerada por muchos la enfermedad psiquiátrica más mortífera. Los médicos se han propuesto investigar una parte minúscula del cerebro llamada la insula.
Bryan Lask dijo a la BBC que imágenes de resonancia magnética muestran que esta parte del cerebro no está activa en personas con anorexia.
"Sospechamos que hay una anormalidad en la insula, que no funciona bien, y eso tiene un efecto en todo el cuerpo", dijo Lask.
La conclusión es que hay una predisposición genética a desarrollar la enfermedad.
CÍRCULO VICIOSO
La anorexia es un trastorno alimentario que se traduce en un temor obsesivo de aumentar de peso que lleva a muchas personas a renunciar completamente a la alimentación.
Rosemary Marston sufrió severamente esta enfermedad por más de 30 años.
Su obsesión la llevó en su adolescencia a trazarse 'altos estándares' a la hora de lograr su objetivo: abstenerse de alimentos.
"Yo era una muy buena anoréxica, me empeñaba en perder de peso, ése era mi objetivo. Así como mucha gente es exitosa en el deporte, yo estaba totalmente dedicada a mi enfermedad".
Como sucede con la mayoría de los anorexicos, esta 'dedicación' es una de las razones que dificultaron su tratamiento.
Otra razón es el complicado y largo proceso de recuperación, que Rosemary Marston describe como una "puerta giratoria".
"Yo iba al hospital, recuperaba peso, salía sintiéndome mucho mejor y terminaba nuevamente en el hospital".
Hoy en día Rosemary Marston logró sobreponerse al trastorno, pero se estima que la mitad de los afectados no se recupera y hasta un quinto muere como resultado de ésta.
TRASTORNO SERIO
Muchos de los estudios sobre anorexia apuntan a factores psicológicos que alteran la forma como la persona evalúa y percibe su propia imagen corporal, los alimentos y la nutrición.
Pero la investigación dirigida por el profesor Bryan Lask es una de las pioneras en mostrar que también hay una predisposición genética.
Lask destacó que estos resultados deberían llevar a un cambio de actitud en relación con el trastorno.
"Por mucho tiempo se pensó que ésta era simplemente una enfermedad de muchachas de clase media. Pero no es así, no es una enfermedad por la que uno opta", expresó.
Según él, se trata de "un trastorno mucho más serio de lo que se había pensado".
El investigador considera que los resultados de su estudio plantean la necesidad de una intervención temprana
Uno de los problemas, dice el profesor Lark, es que el tratamiento de la enfermedad se enfoca en restaurar el peso de los pacientes.
"La idea prevaleciente es que cuando la persona recupera su peso, ya está curada. Eso es un disparate. No lo está", expresó.
Resaltó la necesidad de una intervención más temprana con tratamientos más especializados.
CONSEJOS A LOS PADRES PARA PREVENIR LA ANOREXIA
- Cuando detecten que su hija(o) tiene problemas con su alimentación, hagan una cita con un profesional capacitado y llevenla(o) argumentando que es para que "se efectúe un chequeo general", ya que toda persona debe realizarse controles clínicos periódicos. Incluso ustedes también puede someterse a un control conjuntamente con su hijo: de esta forma no despertará sospechas.
- Si ya tienen la certeza de que su hija(o) padece un trastorno alimentario y no otra cosa, no se autocastiguen por considerar que es su culpa. No traten de ponerse a pensar ahora en qué fallaron porque este momento no es el más oportuno; ya habrá tiempo para analizar a fondo el origen del trastorno en su hijo.
- No permitan que la culpa los paralice. Deben comprender que ahora, más que nunca, tienen que ser firmes para "actuar", es decir buscar la ayuda profesional idónea. Ustedes solos no pueden solucionar el problema, debe ser abordado por todo un equipo de trabajo.
- Concerten una entrevista con algún especialista en el tema y recomendado por su médico de confianza; asista primero la pareja, para poder obtener un asesoramiento completo sin las interferencias opositoras de su hijo.
- Sean muy cuidadosos, jamás le insistan a su hijo para que coma argumentando que está demasiado flaco, porque él sentirá esto como una amenaza y responderá con dos posibles reacciones:
* Se enojará e indignará profundamente por considerar que ustedes quieren verlo gordo.
* Descubrirá que es más fácil fingir que come, con el propósito de que lo dejen en paz.
Se ha comprobado que muchos pacientes anoréxicos y bulímicos provienen de hogares donde suele haber peleas a la hora de comer, o que la familia nunca se sienta a la mesa.
No se debe fomentar la competencia entre hermanos ya que cada cual tiene sus propios valores; jamás los cataloguen y mucho menos en relación con su padecimiento: "Eres una anoréxica" ó "Eres un bulímico", porque es una agresión directa.
- Eviten proyectar sobre su hijo, la imagen de lo que ustedes hubieran querido ser.
- Si han notado que en estos últimos días su hijo se ha tornado depresivo a tal punto de decirles que "ya nada tiene sentido" ¡ALERTA!, deben tener en cuenta que en ciertos casos los trastornos alimentarios traen consigo tendencias suicidas.
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