Ofensas a Colombia

Siempre preocupada por mi estado de salud, mi benefactora cochabambina reparó en mis ojeras que denotaban mi falta de sueño, sospechando inmediatamente que aquéllas se debían a una secreta juerga que yo habría protagonizado en el Bar Chuma con algunos amigotes y señoritas de bonito color.

Tuve que sonreír ante sospecha tan audaz, aclarándole que mis ojeras se debían a haber pasado la noche en blanco atormentado por nuestras relaciones con Chile, las acusaciones de la prensa paraguaya sobre el armamentismo boliviano y los sucesivos episodios que enturbian nuestras relaciones diplomáticas con nuestro gigantesco vecino Brasil.

La cholita nacida en Quillacollo cree a veces que yo lo sé todo y por eso me preguntó ¿quién maneja o dirige nuestra política exterior?, respondiéndole que debería conducirla el Presidente de la República colaborado por su Ministro de Relaciones Exteriores, aunque se ha comprobado que importantes decisiones las toma el señor Evo Morales, desconociéndolas el canciller señor David Choquehuanca, a quien sus amigos cercanos llamamos “Choky”. Sin embargo de todo ello, dije a mi comadre: “A veces pienso que son algunos yatiris quienes asesoran a los anteriormente mencionados y que esa es la razón para que nos vaya tan mal en nuestras relaciones con algunos de nuestros vecinos”.

Apenas dije esas palabras, mi piadosa comadre leyó para mí la noticia sobresaliente que abrió la primera plana de algunos periódicos: “Gobierno de Colombia rechaza afirmaciones de Evo Morales”. Inmediatamente dije a mi comadre: “Tenemos, comadritay, que aclarar esas declaraciones atribuidas a nuestro presidente Evo y decir a la Cancillería de ese país amigo que Evo nunca quiso decir que las Fuerzas Armadas de Colombia reciben instrucciones de Estados Unidos”.

La inteligente cochabambina me dijo: “No hay que ser “metiche”, compadre, deje usted las cosas como están, a lo mejor nuestro amado Evo ha dicho tales cosas de Colombia y las demostrará, deje que las confirme o las rectifique la ministra Dávila, o el Vicepresidente “waskiri” u otros sabios que tiene el Gobierno...”.

Insistí en mi propuesta de salvar la amistad entre Colombia y Bolivia por la admiración que siento por la colombiana. Shakira, lo cual molestó a la cholita cochala que saltó con denuestos contra la diva mencionada.

En busca de mantener la paz en el hemisferio sur de nuestro continente, prometí a Macacha no volver a mencionar a Shakira en su delante y entregar este grave caso a la sabiduría de nuestros yatiris, asesores y amigos de “Choky”, y particularmente a Huayruru, paisano de “Los Ponchos Rojos” de Achacachi.