Punto aparte
Los temas más controvertidos de la actualidad nacional fueron motivo de análisis y reflexión en un foro organizado por la Fundación Konrad Adenauer (KAS), de Alemania.
La apertura del evento, realizado el 30 de agosto, estuvo a cargo de la representante de la KAS, Susanne Käss. Los expositores fueron el filósofo H.C.F. Mansilla, el politólogo y director de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica, Rafael Loayza Bueno; el doctor en Economía Fernando Untoja Choque y el economista PhD Iván Velásquez Castellanos. El comentario final estuvo a cargo del ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas.
Los conceptos claves de la participación de Mansilla giraron sobre los términos autoritarismo, colectivismo, colonialismo, globalización, identidad y sincretismo. En el caso de la descolonización, gestada en el país, adujo que sirve a menudo para encubrir prácticas autoritarias en el campo político y en la vida cotidiana.
Sostuvo también que el renacimiento de la identidad indigenista tiene un porvenir ambiguo, desde el momento en que las comunidades rurales campesinas están cada vez más inmersas en el universo globalizado contemporáneo.
Destacó que a partir de enero de 2006, se intensificó el carácter conservador de las prácticas políticas del gobierno y de los grupos que lo apoyan. Conservador en el sentido de rutinario y convencional, pero ante todo autoritario, paternalista y prebendalista.
Loayza centró mayormente su exposición en la supuesta plurinacionalidad de Bolivia, así como en rebatir los argumentos políticos del vicepresidente García Linera.
Señaló que ciertamente, la etnicidad comparte mucho con la nación, pero carece de un sentido de autogobierno y determinación fundamental para componer su propia institucionalidad. En tanto que la nación está basada en por lo menos los siguientes elementos: raza, etnicidad, lenguaje, religión, costumbres, memoria política y una experiencia compartida del otro.
La etnicidad ha probado no ser necesaria ni suficiente condición para tener el carácter de nacionalidad. Los indígenas de los andes centrales y de las tierras bajas amazónicas comportan una identidad que ni es pura, ni idéntica con la idea de una nación, aunque evidentemente pueden hacer posible la expresión de una identidad comunitaria de sentimientos.
Untoja planteó una tesis diferente sobre la composición social de Bolivia. Dijo que es a partir de lo aymara-quechua que se construye la identidad nacional. Ambas etnias tuvieron la capacidad de ocupar el territorio, crear cultura, abrir zonas de contacto económico, imponer relaciones y trascender las fronteras. Es con el avance de los aymara-quechua a todo el espacio del país que se produce la identidad kolla, que deriva en el mestizaje que caracteriza a Bolivia.
De otra parte, afirmó que la mitificación de una sociedad y “principios” arcaicos, es la apología de una sociedad moribunda. Una civilización no es algo histórico-estático, sino un proceso de mutación permanente.
El comercio hizo del kolla el individuo libre de sus decisiones, expansivo e innovador. Las sociedades cerradas no son capaces de dar respuestas a estos tiempos, muchas están condenadas a la desaparición. A su vez, el mundo kolla –el boliviano- desde la dominancia es una sociedad abierta, expansiva y esa es su fuerza hegemónica en el Siglo XXI.
Velásquez hizo un análisis detenido sobre la pobreza en Bolivia, con datos oficiales, estudios y encuestas. Indicó que la pobreza en los últimos años tuvo una lenta reducción, pero que sigue afectando con mayor fuerza a los pueblos indígenas.
Las áreas rurales, especialmente de occidente, por el hecho de que sus tierras son áridas y semiáridas, son las menos favorecidas en el desarrollo y el progreso. En las áreas urbanas, la pobreza está concentrada en el sector informal y en la periferia de las ciudades de las ciudades como El Alto en La Paz y el Plan 3000 en Santa Cruz.
Los textos fueron recogidos en un libro editado por la KAS. Susane Käss presentó la obra, explicando que constituye un aporte para fomentar el diálogo intercultural, desde los enfoques filosófico, político, sociológico y económico.
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