Consejos a un recién casado

Este fin de semana no pude sustraerme a la emoción popular que produjo el enlace matrimonial del Vicepresidente de la República con una periodista, pues la cholita cochabambina que guía mis pasos y me conduce por la vida se encargó de incorporarme a ese mundo emocional.

Fue ella quien me sacudió el viernes con una pregunta: “¿Asistiremos, compadre, a la “boda real” que se realizará mañana y el domingo...?”. Interrogante que me impactó y no supe responder, pues yo no había recibido ninguna invitación matrimonial. Al verme atónito, mi entusiasta y populachera comadre me explicó que esta boda sería la réplica criolla a la boda que tanto me conmovió hace unos años entre el príncipe Felipe de Asturias con la periodista Letizia, actuales herederos del trono español.

Estrujando mi magín pude esgrimir la excusa verídica de que no me gusta asistir a fiestas matrimoniales porque me ponen muy triste y hasta suelo llorar en dichas ceremonias, sobre todo en el momento en el que un joven candoroso e ilusionado entrega su vida a una novia feliz.

Macacha también se conmovió al recordar el día de su boda con el pobre señor Racacha, quien tuvo que trabajar toda su vida para hacer feliz y acaudalada a la cholita que ahora es mi comadre y principal benefactora.

Luego recobró su alegría y entusiasmo al informarme que en la boda real del Vicepresidente con la periodista, el novio no era el jovenzuelo inexperto por quien yo tendría que llorar, sino un hombre hecho y derecho que llegó a la Vicepresidencia de la República por votación popular y se aprestaba a cumplir nuevos mandatos políticos hasta el año 2025.

“¿Qué le aconsejaría a Álvaro García Linera antes de su matrimonio con la señorita de la Red Uno...?” -me preguntó con rara astucia la cholita de Quillacollo-, respondiéndole con la sinceridad que me caracteriza: “Yo le diría: ¡que Álvaro se convierta desde la primera noche en un terrorista del amor que es lo que prefiere gran parte de las mujeres, o sea que la ame explosivamente, cual si tuviera cachorros de dinamita en su corazón, porque si no lo hiciera, la periodista de la Red Uno lo vencerá!

Mis apasionadas palabras emocionaron a mi comadre cochabambina, preguntándome si ese fue mi estilo de amar cuando yo era joven, respondiéndole afirmativamente, echándole una mirada de fuego que casi la quema.

Sin embargo, reconociendo que Álvaro es el “waskiri” del actual Gobierno y que los suyos dicen que leyó 20 mil libros, concluí mi perorata con estas palabras para el Vice: “No cometa usted el error de leer libros en su lecho nupcial, ni en el Lecho del Himeneo. No lleve libros a la cámara nupcial, lleve usted al Himeneo amor del bueno”.

Mi comadre se emocionó al ver que su compadre es un varón, aunque algo cargadito de años.