Estratificación del empleo en el mercado de trabajo



La falta de nuevas fuentes de empleo ha aumentado la demanda y por lo tanto ha devaluado las condiciones de trabajo.

Una de las características más importantes de la segmentación del mercado de trabajo es la presencia de conglomerados de empleos y de trabajadores con características propias sobre acceso, incentivos y movilidad ocupacional. ¿Hasta qué punto el mercado de trabajo en Bolivia tiene estas características? ¿Qué factores determinan quiénes terminan en “buenos empleos” y quiénes en los considerados “malos empleos”?

De acuerdo a la investigadora, Elizabeth Jiménez Zamora, en Bolivia, entre 60 por ciento y 79 por ciento de la población ocupada en el sector urbano, se encuentra en el sector informal y que cerca de 2 millones de los 4.6 millones de la población ocupada, trabaja en comunidades y pueblos rurales. Una inmediata implicación de estas características es que la estratificación del mercado de trabajo en Bolivia tendría que incluir la presencia de formas combinadas de empleo, que incluyen el trabajo familiar no-asalariado como el que se observa en unidades familiares de producción agrícola y el trabajo desarrollado “por cuenta propia” en actividades independientes que es lo más prevalece en el sector informal.

El empleo asalariado y el empleo por cuenta propia representan dos formas muy diferentes de integración laboral en el mercado de trabajo urbano. El caso del empleo en el sector rural es todavía más complejo, no solamente existen diferencias entre empleo asalariado y por cuenta propia, también existen diferencias en la forma en que se desarrollan las relaciones laborales entre pueblos y comunidades campesinas.

De acuerdo a datos proporcionados por Jiménez Zamora, en cada uno de los estratos de empleo en el sector urbano y rural, se pueden identificar tres grupos de empleos con características propias en términos de calidad, que son caracterizados como: empleos buenos, empleos regulares y empleos malos.

Los buenos empleos se caracterizan por la calidad, es decir, ofrecen protección social y estabilidad laboral, además de satisfacción personal con el trabajo desempeñado.

De acuerdo a los datos proporcionados por la investigadora el 92 por ciento de los empleos asalariados tienen un contrato, lo cual refleja su estabilidad laboral, el 90 por ciento de trabajadores en este grupo contribuye a una AFP y por lo tanto recibirá una renta de vejez, y el 90 por ciento de los trabajadores en estos empleos se encuentran satisfechos con su empleo.

Sin duda, estos son los “buenos empleos” asalariados del mercado de trabajo. En el extremo opuesto se encuentran los “malos empleos” asalariados, que tienen los más bajos niveles de calidad de empleo, es decir no tienen protección social, son casi totalmente inestables y solamente un 38% de los trabajadores en estos empleos manifestó estar satisfecho (a) con su trabajo.

CARACTERÍSTICAS DE LA CALIDAD DEL EMPLEO

- Acceso a una pensión de vejez, lo que significa que la persona está afiliada a las AFPs.

- Estabilidad de empleo, que representa que la persona trabaja bajo un contrato.

- Precariedad de empleo, se establece por las condiciones laborales y las horas de trabajo.

- Seguridad en el empleo, relacionada con las instalaciones adecuadas de trabajo.

 
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