“Es como darse un disparo en el pie”, dijo Gustavo Torrico, en otra intervención pública hacia los medios de comunicación, en referencia a la designación de Sacha Llorenti como embajador de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), más aún si esta exautoridad del gabinete ministerial fue a Washington con la misión de organizar la próxima cumbre indígena.
“Claro que genera dudas, una mala imagen para el Gobierno, una imagen de impunidad, de soberbia”, dijo Torrico a tiempo de descalificar la designación y las funciones encomendadas a Llorenti comparándolo con el exdictador Luis García Meza.
“Entonces, por qué no nombramos a García Meza para organizar una cumbre de derechos humanos, esto es algo ilógico”, refutó el exviceministro de Régimen Interior que estuvo en la parte activa del Movimiento Al Socialismo (MAS) desde su fundación.
Llorenti tiene serias observaciones por parte de sus propios correligionarios y sobre todo desde la dirigencia de la octava y novena marcha en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) tras su participación en la represión policial de Chaparina del 25 de septiembre del año pasado, cuando ejercía el cargo de Ministro de Gobierno.
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