El conflicto al problema surgido por la veta Rosario en Colquiri se mantiene inalterable pese a los esfuerzos de dialogar con ambos sectores, que amenazan con más medidas de presión.
Ambos grupos trasladaron sus contingentes a La Paz y descargaron sus demandas contra la población, que tiene que vivir entre dinamitazos y petardos, mientras el Gobierno trata de encontrar una solución que satisfaga a ambas partes.
Acompañando su marcha con fuertes explosiones de dinamitas, ayer, cerca al mediodía, más de ocho mil marchistas llegaron hasta la avenida Mariscal Santa Cruz, donde los mineros asalariados mantienen una vigilia frente al Palacio de Telecomunicaciones en procura de la nacionalización del 100 por ciento del yacimiento minero.
Gritos, insultos y protestas se emitieron entre ambos sectores de mineros de Colquiri. Las esposas de los cooperativistas también marcharon.
El representante de los mineros asalariados, Severino Estallani, señaló que el Gobierno será el responsable de cualquier enfrentamiento producido entre mineros, por no dar solución en su debido tiempo.
La policía interceptó en la zona de la Portada una ambulancia de los cooperativistas mineros que transportaba 400 detonadores, 450 cartuchos de dinamita, 200 metros de mecha lenta, 2 alicates y 3 cascos.
En tanto, el ampliado nacional minero cooperativista decidió aplicar ayer, una movilización general desde el 18 de septiembre, incluyendo marchas y un cerco a La Paz.
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