Confesiones de un bárbaro

- Habla la señora Clothilde Von Karajan Quiroga, ¿podría hablar con mi sobrino Paulovich, más conocido actualmente como Paulino Huanca...?

- No puede hablar con mi compadre, señora, porque está reposando en su cama luego de haber sido herido en su trasero por un cachorro de dinamita que le arrojaron unos mineros de Colquiri.

- ¿Cuándo le sucedió esa desgracia a mi sobrino más querido?

- Ayer nomás, señora Clothilde, sin embargo le preguntaré si puede hablar con usted estando boquiabajo.

- Querida tía Clothilde von Karajan Quiroga, apenas puedo hablarte porque me encuentro en cama y en posición antiaérea a raíz de un dinamitazo que me hirió en los glúteos, lo que me impedirá sentarme durante algún tiempo.

- ¡Eso me parece un hecho de barbarie!

- No, tía Clothilde, es que los bolivianos somos así de machos y valentones. ¿No son así los alemanes, en cuya capital vives hace tantos años...?

- Los alemanes son valientes, pero dejaron de ser bárbaros hace varios siglos y ahora sobresalen en Europa porque son laboriosos y disciplinados.

- Nosotros los bolivianos somos parecidos a ellos, pero algo más primitivos, aunque vamos en camino a ser más bárbaros aún si retrocedemos al Siglo XV, como se han propuesto nuestros actuales gobernantes.

- Me da mucha tristeza, sobrino, saber que no puedes sentarte por tener herido tu tafanario.

- Todas las desgracias tienen su lado bueno, querida tía, pues ahora cuando vaya a visitar a mi comadre y ella me diga respetuosamente: “tome asiento, compadre”, yo me echaré en su sofá para que ella me abanique mis dolorosas heridas que me causó el dinamitazo de uno de “mis hermanos mineros” de Colquiri.

- ¡Qué hermosas pruebas de hermandad tenemos los bolivianos en estas épocas de barbarie! Eso quiere decir, sobrino, que no podrás ir a Cochabamba este glorioso 14 de septiembre.

- Te equivocas, tía Clothilde, porque mi comadre cochabambina a la cual conoces me acaba de anunciar que me transportará a la Capital del Rocha River en mi motocicleta Harley Davidson mañana muy temprano.

- Pero cómo vas a ir en moto a Cochabamba si no puedes sentarte porque tu trasero está herido por un dinamitazo...

- La cochabambina inteligente acaba de decirme que me llevará cargado en su “kepi”, cual si yo fuera su guaguacha.