Por su bajo costo y carencia total de control
Ya pasaron varios años desde que comerciantes del popular mercado Uyustus destruyeron más de cuatro mil cds y dvds piratas, como parte de una lucha contra el software ilegal, demostrando así su voluntad para vender software legal. En estos años poco ha cambiado, el software que utilizamos en el trabajo, el hogar y las empresas aún es ilegal.
En muchos casos, el principal factor para el uso de software ilegal es la facilidad económica. Además, las nuevas tecnologías y los programas que se reinventan constantemente facilitan que estos productos “piratas” tengan cada vez mayor calidad y semejanza con el original.
El tema, debatible y posiblemente polémico, nos lleva a cuestionar las ventajas y desventajas de lo legal y lo ilegal. Por esta razón, El Diario, se comunicó con el analista de web, comunicador digital e Internet cruceño, Hermany Terrazas y con el licenciado en informática, Cristian Catoretti, desde distintas perspectivas ambos abordan el complejo tema.
Terrazas explica que el software pirata es aquel que evita las condiciones de pago, uso o licencia. “Muchas personas creen y relacionan directamente legal con pagado. No necesariamente es así, hay software libre (open source) que puede ser ilegal o pirata si burla las licencias, o es usado para fines para los cuales no fueron hechos, por lo tanto la diferencia entre pirata y legal depende de cada software. Consideraríamos que infringir estos puntos diferencia software pirata de legal”.
Tanto Terrazas como Catoretti señalan que en el uso del software legal y el ilegal, las diferencias más frecuentes se dan por la libertad de actualizaciones. Pero también existe una diferencia en cuanto a la funcionalidad de los mismos, sin embargo, en muchos casos, puede suceder que el ilegal sea idéntico al “legal”, salvo que uno es pagado y el otro no. Por otra parte, también puede suceder que el software “legal” funciona mal aunque haya sido adquirido de forma lícita.
“El software legal, tiene soporte y ventajas documentales. En la parte negativa su acceso no es global ni sencillo, me refiero a que no es accesible y no es fácil de pagar, ahora todo pasa por pago de tarjeta de crédito y esto no es fácil incluso para empresas formales. Del software pirata lo que puedo rescatar es que permite el acceso al poder de la información a personas que antes no lo tenían, pero por su lado negativo perjudica al crecimiento de la empresa formal del software y de la empresa formal”, apuntó Terrazas.
Respecto a las razones por las que las personas eligen la opción legal o la pirata, Catoretti señala que el principal factor es el costo. Explicó que la compra de equipos con software legal podría incrementar el precio en un rango de 100 a 200 dólares, mientras que un instalador pirata vale entre 10 y 15 bolivianos.
Recordó que normalmente los equipos que vienen con licencias originales son las laptops, es decir los equipos móviles que tienen el software incorporado y que eso se incluye en el precio. En cambio los equipos de escritorio no tienen esta característica. Asimismo apunta que el costo por software legal incrementaría el precio en 100 ó 200 dólares, solamente por el sistema operativo. “Hay que tener en cuenta que se necesitan otros softwares más, por ejemplo todo Office, Word, Excel. Y existen otras aplicaciones como las que se necesitan para diseño gráfico”.
“Un Windows 7 debe costar alrededor de 200 dólares por licencia, por equipo. Lo que es bastante significativo para una persona promedio. Si nosotros nos ponemos a pensar que en un domicilio vamos a utilizar un software legal de 200 dólares para un equipo, es bastante duro el pago. Además que en Bolivia no hay leyes, hasta ahora. Se ha intentado realizar aquello, pero no hay leyes que regulen directamente el uso de software legal”, afirma.
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