Fernando Terrazas Uría
En 1532 el rey Felipe II de España percibió que en Europa los protestantes luteranos tomaban cuerpo, como principio religioso, en contra del catolicismo del Papa. Los luteranos planteaban la doctrina del Renacimiento y los principios liberales. Aquí se inició el enfrentamiento entre el Liberalismo luterano y el Nacionalismo monárquico europeo. De ahí que a título de conservar la fe cristiana, Felipe II quemó en la hoguera a los herejes luteranos, queriendo tapar el sol con un dedo, ya que el Renacimiento Liberal tenía que dominar al mundo a partir de aquellos días. Posteriormente hubo una pulseta entre el protestantismo de EEUU y el Nacionalismo europeo que hoy está representado por la Unión Europea.
Después de la depresión económica de 1929 y después de la Segunda Guerra Mundial, la supremacía de EEUU frente a Europa es evidente. Se construyó el Muro de Berlín, con lo que USA aseguró su presencia en Europa a través de Alemania, a la que convirtió en la segunda potencia económica mundial.
A inicios de la década de 1970 y con la caída de la Bolsa de Valores de Wall Street terminó el modelo estatal y comenzó este modelo liberal, iniciándose la revolución de la computadora y electrónica en el Pacífico Norte, con la participación de muchos países asiáticos y EEUU, además de países americanos como potenciales mercados, sin tomar en cuenta a Europa, siendo aislada estratégicamente de este desarrollo tecnológico. Es aquí donde comienza la actual crisis de Europa, que no encuentra mercado para sus productos, que además no tienen la misma calidad que los del Pacífico Norte.
Con estos antecedentes, en 1989 la Unión Europea ya con el euro voltea el Muro de Berlín, en protesta contra el comunismo que nada tenía que ver con su crisis, obligando a Estados Unidos a dejar Europa y buscar un aliado como China, de la que recibe un ataque económico que lo desespera.
Pues bien, a la fecha nuevamente se prepara en el Pacífico Norte otra revolución industrial, pero con base en el acero, en la que nuevamente la Unión Europea no está considerada como socia industrial. Por esto la crisis ya está por reventar y con graves consecuencias, porque se observa el debilitamiento del euro frente al dólar. El euro podría terminar como aquellos bonos de 1929, y Europa podría quedarse sin mercados para sus productos pesados, que también desarrollarán para conservar su industria.
Sabemos que la Unión Europea reproduce tecnología, que tiene su propia economía y moneda y un Banco de la Unión Europea, que iguala a América en población como mercado, que fue la cuna del capitalismo... Sabemos también que si la Unión Europea no se pone las pilas, si no toma en serio la actual crisis, si no se une continentalmente, si sólo se preocupa del fútbol, que es el actual opio de los pueblos, ingresará en tremenda crisis que arrastrará al mundo, como quien se arrima al mantel de la mesa y tira todo al piso.
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