Se están repartiendo el país

Nunca me cansaré de agradecer a la vida por haber puesto a mi lado a una mujer tan bien informada como es mi comadre cochabambina, quien está enterada de todo lo que sucede en nuestro país gracias a sus contactos noticiosos con las cholitas de La Paz y Cochabamba.

Ella fue quien ayer me dio la voz de alarma al contarme muy afligida que se está procediendo al reparto de los vehículos incautados por el Estado a contrabandistas y narcotraficantes de zonas no chapareñas.

Ilustró su denuncia contándome el caso del asambleísta del Movimiento Al Socialismo, el señor Vedia, acusado de provocar un accidente de tráfico con un vehículo que alguien le donó en razón de su alta investidura.

Con algo de envidieja en su relato me dijo mi pariente espiritual: “Entre ellos se están repartiendo tierras y vehículos y a mí no me ha tocado nada, ni tampoco a usted, mi respetado compadre”.

La situación me pareció injusta, aunque le manifesté claramente que yo renunciaba a participar de esa repartija, pero que no movería un pelo para tener parte en ese expolio.

El sentido práctico de la cholita cochabambina se impuso en ella y me echó en cara que mi desprecio por los bienes materiales se debía a mi avanzada edad.

Para defender mi posición moral le aclaré que yo persistía en mi posición ultra moralista, aunque no me oponía a que mi comadre se beneficiara con algunos bienes de esa repartija, que no es nueva y que si ella quisiera donarme voluntariamente algún bien, yo le pediría que ese fuera a parar a la cuenta que mantenemos ella y yo por sucesivos créditos que aún debo cancelar a la prestamista.

En esta hora triste de la repartija de los bienes que pertenecen al país, a los cuales habría que agregar repartos de tierras avasalladas, reparto de minas que trabaja la empresa privada, reparto de vetas ricas en mineral y reparto de autos chutos, recordé la imagen de una persona moribunda a punto de expirar rodeada de vecinos que ya se prueban las ropas de aquella que pronto expirará, situación que retrata un tango cuya letra dice: “manyá que a tu lado se prueban las ropas que vas a dejar...”, surgiendo la imagen de nuestra pobre Patria, expoliada desde hace más de cien años, la misma que me desveló mi comadre Macacha, al anunciarme como novedad que los seguidores del actual Gobierno, o muchos de ellos, están procediendo a la repartija de bienes del Estado.

A modo de consuelo podrá mi comadre Macacha y este periodista anunciarles que el ministro de Gobierno, señor Romero, anunció que se investigará el caso protagonizado por el señor Vedia.