Recuerdo y enseñanza de vida

Ayer el periodismo nacional, y en particular el paceño, sufrió la irreparable pérdida de uno de los íconos en la prensa deportiva, Remberto Echavarría nos dejó, después de sufrir por un tiempo prolongado, una enfermedad que le impidió las últimas semanas hacer lo que más le gustaba, comentar los partidos.

Este espacio no será para lamentar la pérdida de quien fue para muchos un gran amigo, un excelente compañero de trabajo, un ícono del periodismo deportivo, y para la mayoría, en especial quienes tuvimos la suerte de trabajar con él, un verdadero maestro.

El año 63, después de la obtención del título del Campeonato Sudamericano de selecciones, ahora conocido como Copa América, junto a su hermano Gróver fundaron el que hoy en día es el programa deportivo radial más tradicional en nuestro país, Radio Deportes.

Gróver tiene muchas cosas en su memoria para contar de su hermano mayor, que fue el impulsor para que se dedique a este apasionante mundo del relato deportivo, “él comenzó antes que yo, creo que entre los años 52 y53, el 58 ya era Abogado. Lo hizo como una afición y me llevaba a las casetas de transmisión con lo que logró que yo me incline también por esta afición”.

Recuerda que en los casi 50 años de Radio Deportes, Remberto fue el único de los integrantes del equipo que no lo dejó para trabajar en otro medio de comunicación, salvo el periodo en que fungió como Vocal de la Corte Suprema de Justicia, “se fue mi compañero de toda la vida, porque en verdad ha sido eso. No sólo fue el hermano mayor que me protegía, que me cuidaba, sino también el hombre que me enseñó mis primeros balbuceos periodísticos y que me acompañó por tantos años”.

Juntos no sólo se dedicaron a las transmisiones de radio, incursionaron por un tiempo en la televisión con TV Deportes, no fue un periodo tan prolongado el que estuvieron en las pantallas, su pasión era la radio y decidieron quedarse en ese medio.

Gróver lo recuerda como un hombre de talento, con mucha capacidad, con mucha facilidad de palabras para comentar una misma jugada, “esas son algunas de las muchas buenas cosas que dejó Remberto, además ponía siempre corazón en todo. Ha dejado una huella imperecedera y profunda en todos nosotros”.

Si hay algo que no se puede negar es que tanto Remberto como Gróver han creado una escuela en las transmisiones deportivas. Del mayor de los hermanos quedan las enseñanzas de como hacer un comentario sin ofender, sin hacer daño con la crítica, buscando la solución al problema que se presentaba en el momento del desarrollo de los encuentros, la facilidad y el dominio de una lengua tan rica como la nuestra, sin repetir palabras en un lenguaje sencillo y elegante al mismo tiempo, así lo expresó Gróver, “hay mucha gente joven que dice que les ha enseñado mucho, y creo que ese es el legado que nos ha dejado Remberto”.