La pasada semana ha fallecido el Ing. Guillermo Fortún Suárez, político que fue uno de los fundadores de Acción Democrática Nacionalista (ADN), cuya familia de ascendencia estuvo vinculada, luego de la caída del gobierno del presidente “mártir” Gualberto Villarroel, al proceso de la Revolución Nacional y al Nacionalismo Revolucionario como doctrina política.
Fortún Suárez militó en la corriente del Nacionalismo, aunque un tanto más conservadora que el Nacionalismo de los años de la Revolución, pero Nacionalismo entendido como la doctrina de construcción de la Nación, de la defensa de los intereses nacionales, frente a los intereses extra nacionales y de reivindicación de los sectores sociales depauperados y su inclusión en la vida nacional, como en buena medida se ejecutó en el proceso revolucionario nacionalista de abril de 1952.
El Nacionalismo Revolucionario busca la “unidad” de todo el pueblo en torno a la Nación, en nuestro caso boliviana, y para ello plantea la fórmula social de la “alianza de clases”. Es decir que las clases sociales deben unirse en torno a la Nación, para enfrentar a la anti Nación (como lo expuso el teórico de esta doctrina Carlos Montenegro), dejando de lado la lucha de clases del planteamiento marxista comunista socialista, pues en los países de escaso desarrollo, la burguesía capitalista es muy débil o inexistente.
De tal suerte que los intereses de las clases deben coincidir en la defensa de los intereses de la Nación, lo que no significa que no se reconozca la existencia de las clases y sus intereses propios. También es distinta del planteamiento “fascista” de la “soldadura de clases”, que elimina a éstas y sus intereses en el Estado (“Todo en el Estado, nada fuera del Estado”, Benito Mussolini).
Si bien ADN resulta una variante del nacionalismo en general, adoptó el de “democrático” para diferenciarse del “revolucionario” del MNR, y del conservador de Falange (FSB), pues el del MNR, en los tiempos de la revolución (1952 - 1964), fue en buena medida estatista, para construir el Estado - Nación y ante la ausencia de una burguesía emprendedora, y el de Falange con características alejadas de la democracia de contenido liberal.
En la doctrina que brevemente hemos señalado, militó Guillermo Fortún, un hábil político articulador y operador, que contribuyó -como muchos otros políticos hoy vilipendiados- a la construcción de la democracia de libertades que en cerca de 30 años gozamos -con las limitaciones que impone el actual régimen- y que debe seguir siendo perfeccionada, para conseguir la paz social, el desarrollo pleno, derrotando los males de nuestra querida Patria, como la pobreza y corrupción, en un clima de libertades y derechos democráticos.
Fue presidente del Senado y Ministro de Trabajo, Gobierno e Informaciones, en distintos gobiernos, pero fundamentalmente fue un hombre de bien que amó a Bolivia y le sirvió desde ese difícil e incomprendido campo que es la política, y pagó también el precio cruel del opositor, frente al régimen de gobierno hegemónico, autoritario y atrabiliario, que le privó de libertad los casi dos últimos años, utilizando la justicia sometida al poder político.
Desde los primeros tiempos de la República independiente, los políticos que perdieron el poder o fueron “coyunturalmente” derrotados, pagaron el precio de la caída, con la persecución, destierro, exilio y la cárcel, cuando no con la vida misma. Es la historia de la “violencia política” desatada por los “buenos” que llegan al poder, contra los malos “derrotados” y así en una espiral donde se hace más gestión para reprimir y perseguir que para gobernar en procura del “bien común”.
Fortún Suárez pasó los últimos dos años de su vida privado de libertad; pese a su edad (75 años) y su delicado estado de salud, los fiscales -al servicio del poder político circunstancial- se opusieron a que pase sus últimos días en su hogar y murió en un centro médico, angustiado y con depresión -como declaró su médico- víctima del “odio político” que tanto mal nos hace.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |