Carlos Mesa Gisbert:
El expresidente de la República, Carlos Mesa Gisbert accedió a una entrevista con EL DIARIO. El periodista e historiador está hoy alejado de los medios y de la vida política, dirige la Fundación Comunidad, institución que desarrolla trabajos vinculados a gestión pública, derechos humanos, entre los principales objetivos y realiza viajes al exterior para desarrollar conferencias, seminarios y labor académica.
Durante su gestión, la percepción popular dice que le faltó “valor” para aplicar medidas políticas como la nacionalización
Es cierto, no nacionalicé, pero el presidente Morales tampoco nacionalizó. Lo que yo entendí por nacionalización era expulsar a las empresas petroleras transnacionales y hacer que YPFB se hiciese cargo de toda la operación, explotación y manejo de los pozos y de los campos gasíferos. Eso no ha ocurrido con el presidente Morales. Por lo tanto, yo no considero que me faltó valor sino que tuve una visión racional del asunto.
¿Cuál fue la mayor oposición o traba a su gobierno?
En el primer año de mi gestión, la oposición más importante estuvo dentro del parlamento, sobre todo protagonizada por los partidos tradicionales que estaban empeñadas en bloquear nuestras acciones, salvo los primeros meses. Debo reconocer que el presidente de la Cámara de Diputados, Oscar Arrien, se comportó muy razonablemente y permitió que hiciéramos cosas muy importantes como la Reforma Constitucional que implica Asamblea Constituyente, referéndum y el fin del monopolio de los partidos políticos, creo que fue un cambio clave sin el cual el presidente Morales no hubiera podido llevar adelante sus cambios. Al final de mi gestión, fueron los movimientos liderados por Evo Morales y Felipe Quispe. Morales se empeñó en un proceso de desestabilización, a través de bloqueos irracionales y brutales en contra del Gobierno.
Ud. sembró la Ley de Hidrocarburos que luego cosechó Evo Morales y ahora parece que el país vive un antes y un después de Evo. ¿Falta memoria histórica o es estrategia política?
Es lógico, el actual gobierno tiene un aparato de comunicación extraordinario, inteligente y está generando la idea de que todo nació con Evo Morales y que antes de él, todo fue negativo. Esto es típico de un gobierno que trata de construir una hegemonía absoluta, que tiene un solo partido, que pretende permanecer indefinidamente en el mando y quiere construir una visión de historia o reinventar el pasado. El tiempo va a ir decantando las cosas, creo que hoy a siete años del fin de mi presidencia uno se puede dar cuenta de qué aportes hicimos.
Después de Octubre Negro, se firmó el DS de amnistía. ¿Por qué?
Este decreto tiene una razón política y una razón jurídica. La razón política es el bien mayor sobre los elementos que puedan ser objetables de su decisión. El bien mayor es la garantía de la paz social y del fin de una tensión política que podía haber llevado al país a una guerra civil. El decreto de amnistía es muy concreto y se restringe a amnistiar a aquellas personas contempladas por la Ley de Seguridad que se había aprobado en agosto del año 2003, que establecía la prohibición de bloqueos, manifestaciones y protestas callejeras de determinadas características.
¿A nueve años de esos hechos, qué le diría a Gonzalo Sánchez de Lozada y a Evo Morales?
Creo que son dos personas fundamentales para entender la historia contemporánea del país. Creo que Sánchez de Lozada ha tenido el tiempo suficiente para reflexionar sobre los grandes aportes que le hizo a Bolivia en su primer gobierno y sobre el gran error que cometió en el segundo. Su lectura fue equivocada, su lógica para defender la democracia no fue la correcta y que debiera aceptar que ese fue un grave error, como yo traté de debatir con él en su momento.
En cuanto al presidente Morales, diría que está cosechando las tempestades de los vientos que sembró. Creo que el más grave error de su gobierno fue generar una lógica de confrontación violenta por la vía de los bloqueos que a la larga se ha ido en su contra. El presidente Morales tiene que abrirse a una visión más plural, más amplia para entender y escuchar a la oposición. El ciclo del presidente Morales termina el 2014 y debiera renovarse con otra candidatura.
¿Morales es producto de la propaganda política y el culto a la imagen o se ha ganado espacio por cuenta propia?
Morales tiene una larga trayectoria sindical y política. Llevaba más de 20 años como dirigente cocalero y por lo tanto llegó a la Presidencia como producto de la construcción de una imagen que tardó varios años en hacer. Sus asesores cambiaron la imagen de cocalero y defensor de la coca, para convertirlo en un líder indígena. Representa el símbolo de la llegada de los indígenas a la Presidencia, pero tiene un carácter muy autoritario y tiene una mirada unilateral de las cosas, es poco proclive al diálogo.
¿Cómo explica la lealtad de las bases sociales pese a la cantidad de muertos en este gobierno?
El número exacto de muertes por conflictos sociales es 53, que tienen que ver con acción represiva directa del Gobierno o por omisión. Es un nivel de violencia inaceptable. Los movimientos sociales aún lo apoyan porque la gente no olvida los cambios fundamentales. Para el mundo indígena, Morales representa la visibilización de los indígenas en el país y su reconocimiento en el centro del poder con la idea de que los movimientos sociales están gobernando, sea verdad o mentira.
¿Cómo ve a la oposición?
No hay el discurso convincente que diga que Morales no funciona, y que a la vez presente una mejor propuesta de país. La oposición está en proceso, comienzan a perfilarse figuras, pero no hay discurso ni programa y no basta un candidato.
PERFIL
La biografía de Carlos Mesa es bastante conocida, sin embargo existen otros detalles:
- Realizó un cortometraje de 10 minutos titulado “Soy el vampiro de mi corazón”, que presentó en un concurso en 1977, aunque no ganó premio alguno, luego fue coproductor de la laureada “Jonás y la ballena rosada”.
- Está casado desde 1980, con la psicóloga y ambientalista, Elvira Salinas. Su hijo mayor Borja Ignacio es arquitecto y su hija Guiomar es licenciada en fotografía.
- Disfruta de las estadísticas, tiene un blog de fútbol con su hijo Borja Ignacio, en el que escribe la historia de este deporte en Bolivia.
- Lee y escribe casi todo el tiempo, porque considera estas actividades como un remanso de paz ante la agitada vida que lleva.
- Espera que lo recuerden como un presidente que encaminó al país al proceso de transformación y al respeto de los derechos humanos.
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