Punto aparte
El gobierno actual, surgido de una elección del sistema democrático, predica que su inspiración política también es democrática, pero esto tiende a asemejarse a postura engañosa, antes que a una realidad. De ahí que corresponde expresar que lo que Bolivia requiere ahora es más democracia y mejor democracia.
Hace pocos días, se recordó el trigésimo aniversario de la recuperación de la democracia en el país, después de más de dos décadas de regímenes autoritarios, que costaron muchas lágrimas y penurias a cientos de bolivianos, al ser víctimas de muertes, apresamientos, confinamientos y exilios.
Es inaceptable que, después de haber pagado tan alto precio para que en Bolivia se viva en una democracia auténtica, se vuelva a recaer en aquellas épocas de barbarie, como la que de forma persistente se está instaurando nuevamente en el país.
Al presente, bajo el pretexto de juicios por diversidad de “delitos”, producto de la manipulación a la que está sometida la justicia ordinaria, se tenga otra vez presos políticos y no, exiliados políticos y cívicos, un senador asilado, y peor todavía que se imponga un clima de miedo a la población, ante la posibilidad de que por no ser adherente del régimen, pueda ser sujeto a juicios u otras formas de coartar sus libertades, entre éstas la libertad de expresión.
Aunque muchas voces demandaron con anterioridad que cesen las tantas manifestaciones dictatoriales que practica el régimen imperante, la Iglesia Católica, que es la voz mayoritaria de la población boliviana, planteó formalmente al gobierno, mediante una declaración de sus prelados, que se declare una amnistía para los detenidos y perseguidos políticos, “dentro del ejercicio ecuánime de la justicia y el derecho”. Además, rechazó los procesos a tres medios de comunicación, con los que se pretende menoscabar la libertad de expresión.
Los representantes de la Iglesia Católica plantearon asimismo a las autoridades reconciliar a la sociedad, actualmente polarizada. Se comprende que al asumir esta postura doctrinaria y de alto contenido humanitario, los obispos consideran que en estas condiciones el país seguirá yendo a la deriva, al Estado fallido, desaprovechando una oportunidad como la actual, que jamás antes se dio en Bolivia, de poder acelerar su desarrollo económico y social, en armonía y no con imposiciones colmadas de intereses sectarios y de corrupción.
A tiempo de justificar la amnistía demandada, el mensaje de la Conferencia Episcopal Boliviana pone de relieve, como tantas veces lo hicieron los medios de comunicación, que uno de los puntos más reprobables de lo que sucede en la actualidad es la subordinación de la justicia al poder político. “Afecta no sólo a la clase política -dice el documento- sino al ciudadano de a pie, que debe enfrentar la retardación procesal y la politización de un Estado de Derecho que crea un clima de inseguridad personal, que provoca el silencio o abandono de la Patria, al no ver las garantías suficientes en Bolivia”.
Los obispos consideran, en el fondo, que no se puede continuar con esa instrumentalización de la justicia, resquebrajada seriamente en sus bases democráticas, porque atenta contra la convivencia nacional, que tanto esfuerzo ha costado a muchas personas e instituciones, y que, además, proyecta una imagen negativa ante el mundo acerca de la vigencia de los derechos y libertades fundamentales en esta Patria digna de mejor trato.
A tiempo de dejar establecido, una vez más, que la “Iglesia Católica no es un partido político”, los prelados se sumaron a las voces de la sociedad civil, manifestando su rechazo a los juicios contra tres medios de comunicación, entre ellos EL DIARIO, y plantearon que en estos casos se actúe de acuerdo con la Ley de Imprenta.
La Iglesia Católica, como en otras ocasiones, en las que el pueblo boliviano era avasallado en sus libertades y derechos, esta vez hace otro tanto.
Si bien la Constitución vigente implantó el laicismo, algunos de sus miembros no dejan de practicar los preceptos católicos, como cuando asumen un nuevo estado civil.
¡Coherencia con lo que se dice y se hace es lo que impone en esta hora de sombras, resentimientos y revanchas!
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