El fútbol; un compromiso de vida

David De la Torre es actualmente el director técnico de Universitario. De origen mexicano, tuvo la oportunidad de aprender la dirección técnica estudiando en su país, y luego con destacados profesionales de este campo. Llegó a Bolivia en 2010 como formador de divisiones menores en Santa Cruz. Luego estuvo de paso por Real Mamoré.

Un profesional que se siente agradecido con nuestro país por las oportunidades que le dio para ejercer su profesión. Incluso su hijo menor nació en la capital oriental, algo más que lo liga a Bolivia.

Su intención es revolucionar el fútbol como sucedió en México, busca la excelencia en esta disciplina y para ello considera que se debe trabajar al máximo en el intento de conseguir ese objetivo. Es fanático número uno del Atlas de México, y su mayor sueño es convertirse en director técnico de ese club.

Estos son algunos de los pasajes más destacados de su vida, y los compartió con Deportes El Diario en una entrevista especial.

¿Cuál fue la mayor influencia en su vida profesional?

Algo que me marcó fue trabajar con el ayudante de Marcelo Bielsa, Claudio Vivas. Él viendo que ya me había retirado del fútbol y que había estudiado mi curso de técnico, me llamó para formar parte de ese grupo de trabajo y hacerme cargo de las divisiones inferiores, con ellos compartí de lunes a viernes en horario continuo revisando videos, haciendo trabajos en la computadora, todo bajo el método Bielsa en la formación. Eso me marcó mucho en este campo que no era muy distinto a lo que se conocía porque en 1992 Bielsa ya había impuesto ese modo de hacer las cosas, reestructurando el fútbol en Atlas.

¿Dónde comenzó a dirigir equipos de primera división?

Mi primera experiencia en un equipo de primera división fue en Real Mamoré. Ese es mi primer reto como director técnico, algo bastante bonito teniendo conocimiento de cuáles eran sus carencias en cuestiones administrativas y todo lo que ya se sabe. Lo vivido ahí fue realmente muy bonito. Otra cosa que me gustó fue trabajar con Marco Etcheverry, es un gran amigo, él se preocupa más por el resto que por si mismo, está muy grabado dentro de mis recuerdos. Las vivencias pasadas me permiten afrontar este reto en Universitario, una institución seria que da mucho apoyo al equipo.

¿Cómo ha vivido todas esas cosas de su vida?

Cada momento en el fútbol es una anécdota, una experiencia, una vivencia que cada uno tiene que ir reteniendo para crecer en la dirección técnica. Todos esos detalles me han marcado y me han ayudado a seguir mejorando en la dirección técnica.

¿Cómo nació su pasión por el fútbol?

Muchos realmente viven del fútbol, yo vivo para esta profesión, la tengo en la sangre porque toda mi familia ha sido futbolista profesional. Mi padre directo, Antonio De la Torre, jugó por 20 años de manera profesional, estuvo en el Mundial de Argentina 1978. Desde el año 92 que se retira se convierte en ayudante y secretario técnico de la profesional del Atlas cuando Bielsa llegó y comenzó a reestructurar el club, él fue su ayudante directo. yo estoy en el fútbol desde la oficina, desde muy pequeño. Toda mi vida he estado metido en el fútbol, mi padre era jugador, mis tíos, mi hermano mayor también fue jugador profesional y compañero de Luis Liendo en Estados Unidos, ¿cómo es de chico el fútbol no? Por el otro lado de mi familia, mis tíos directos, Choco De la Torre es técnico de la selección nacional de México, Néstor De la Torre es director de selecciones en la Federación Mexicana de Fútbol y Yayo De la Torre está también en Jaguares, toda mi familia está metida en el fútbol.

Realmente no hay otra cosa que yo sepa hacer, si estudié, pero no me veo trabajando detrás de un escritorio por ocho horas. Hay que ser honestos, yo me dedico a esto y cada día tengo que mejorar con las prácticas y el trabajo que hago, quiero demostrar eso a mis muchachos, a mis compañeros de trabajo para que sientan lo que yo siento. Mi vida es el fútbol y quiero dedicarme a esto hasta que me muera.

¿Qué sacrificios tuvo que hacer para dedicarse al fútbol?

Sabemos que la vida del futbolista es muy sacrificada, cuando la familia está de vacaciones nosotros estamos concentrados en pretemporadas, cuando es el cumpleaños de un hijo o hay el nacimiento de uno tal vez te toca estar fuera de la ciudad, es algo que nos tenemos que adaptar y sobrellevar, sabemos que ellos dependen de esto a lo que nos dedicamos. Fue muy sacrificado venir a Bolivia y dejar en México a mis dos hijos de mi primer matrimonio, es feo, es triste, pero sabemos que nos dedicamos a esto, y llegando acá es muy diferente la estructura, y la economía, creo que mi país está dentro de los cinco mejores pagados.

é problemas pudo identificar en el fútbol boliviano?

Hay equipos y equipos, yo recalco lo que viví en Real Mamoré y lo que vivo en Universitario. Este sí es un equipo profesional, desde como me recibieron, como manejan la institución, todas las comodidades que nos brindan para trabajar. Creo que el gran problema es la cuestión económica, pero no es a raíz de los clubes sino a nivel nacional, creo que esas son las circunstancias que no nos han permitido seguir creciendo en el fútbol boliviano. Pienso que se pueden hacer grandes cosas con poco, eso lo estoy viendo en Universitario.

¿Qué análisis técnico hace del fútbol boliviano?

Creo que falta mucho trabajo, y no estoy hablando a nivel profesional, el problema futbolístico pasa por la formación. Es casi nula esa parte, tenemos que trabajar bastante en eso. Para mejorar quiero implementar lo que se hizo en Atlas que es la mejor institución de formación en todo México y es el proyecto que lo presenté a Universitario, deseamos nuevos valores para nutrir al club y luego venderlos para que la economía de la institución mejore con eso.

¿Cuál es su mayor sueño?

Ser campeón con el Atlas de Guadalajara, es mi gran meta y sé que voy a llegar a dirigir esa institución, todo lo que soy fue en gran parte gracias a ese equipo.

¿Sueña con su selección?

Claro que sueño con la selección, no sé porque tengo más dentro mío al Atlas. Desde que yo tengo cuatro años el Atlas me ha dado que comer, porque mi padre llegó como jugador, se retiró y luego fue trabajador directo de ese club hasta mis 20 años. Todo ese tiempo hasta que me fui a otros clubes me dio todo.

¿Por qué dejó el fútbol?

Por un problema personal. Siempre fui un jugador promedio, picapiedra, que cumplía, salí de mi país y retorné con mis dos hijos y mi ex esposa. Los llevaba de uno a otro lado y eso me ocasionaba muchos problemas por la inestabilidad que teníamos de ciudad en ciudad. Cuando estaba en el América hubo un cambio de presidente y me redujeron el contrato en tiempo y en dinero bastante, hablamos con mi ex esposa y me dijo que me dedique a la dirección técnica, y ahí fue cuando dejé de jugar, pero ya mi relación estaba muy deteriorada.

Leonardo Alvarez