• Los efectivos toman como una obligación moral el colaborar con los vecinos en tareas de seguridad ciudadana desde sus propios barrios.
Para muchos efectivos policiales, el uniforme que adquieren viene acompañado de diversas obligaciones con la sociedad que les permite ser los encargados del cuidado y, en muchos casos, de la organización de sus propios barrios.
Por el hecho de constituirse en parte de la institución encargada del cuidado de la población, en muchas zonas alteñas estos uniformados se convierten en parte de sus juntas vecinales encargándose de las carteras de seguridad ciudadana para poder brindar mejores condiciones.
De acuerdo con Mario Flores, sociólogo de profesión, en muchos casos profesionales, como maestros y policías, son silenciosamente vigilados por sus vecinos con la finalidad de obtener de ellos una colaboración por el conocimiento que tienen en cuanto a seguridad ciudadana o responsabilidad social, la misma que es asumida por los efectivos.
Uno de los ejemplos es el caso de Esteban Ticona Alipe, investigador de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), quien dio a conocer a EL DIARIO que asume funciones como dirigente vecinal en la Urbanización 30 de Septiembre Mariscal Sucre del Distrito 14.
“Soy vecino de la zona y debo asumir mis responsabilidades porque mis vecinos me apoyan como funcionario policial, pero como responsabilidad moral debo atender las demandas de mi sector con tareas de orientación y capacitación”, explicó Ticona.
Muchos de los funcionarios policiales trabajan 24 horas teniendo como descanso las 24 horas siguientes pudiendo, en ese lapso, realizar sus actividades personales que son muchas veces dedicas a tareas de índole social.
“En el tiempo de descanso hemos realizado diferentes tareas como el propio estatuto de la zona, he actualizado el reglamento interno de la urbanización y, cuando hay tiempo y voluntad, podemos atender a la zona, es por eso que incluso me han vuelto a elegir como representante del lugar por segunda vez”, indicó Ticona.
Asimismo, sostuvo que esta es una responsabilidad moral donde los vecinos se encuentran al pendiente de las actividades de un funcionario, a quien, además, lo ven como un ejemplo que afronta un silencioso control vecinal. “Como existe el Control Social se nota que mis vecinos nos fiscalizan y es por eso que coadyuvamos en algunas orientaciones, como por ejemplo en mi caso, debo atender problemáticas de Seguridad Ciudadana, dando a conocer los recientes casos que se presentan o nuevas formas de delinquir que son denunciadas o investigadas, esto con la finalidad de llegar a prevenir la seguridad de nuestros pobladores”, detalló.
Complementó también que ese apoyo de orientación en favor de sus vecinos es aplicado en diferentes mecanismos de comunicación para prevenir el resguardo de la zona.
“Tenemos sistemas de silbato, petardos, llamadas telefónicas, golpeteo de postes, entre otros mecanismos, las cuales están siendo programados para su uso entre semana y para eso, en mi caso, mis vecinos me dan la responsabilidad de que sea yo quien llegue a liderar ese trabajo y cuando hay presencia de personas sospechosas, incluso somos quienes encabezamos el control”, manifestó.
Según los datos recabados en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la urbe alteña, al menos tres funcionarios policiales atraviesan por esta labor moral junto a muchos de sus camaradas en otras dependencias policiales.
“Prácticamente nosotros debemos cumplir con nuestras funciones en ambos sentidos y en su mayoría delegamos las tareas a otros vecinos para que no se perjudique la zona, como cuando se presentan temas de capacitación por parte de Organizaciones No Gubernamentales quienes llegan a darnos talleres y nosotros si no podemos asistir, por razones de trabajo, delegamos esa tarea”, explicó.
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