Gustavo Gonzales Castillo
La Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (asalariados del Estado) afirma que la culpa es de los mineros cooperativistas que quieren expandir sus áreas de trabajo para provecho propio y que el Gobierno los favorece. Los cooperativistas mencionan que la culpa es de los asalariados de COMIBOL que no les dejan trabajar en la veta Rosario, conforme al DS 1.337 y exigen el cumplimiento de este decreto. El Gobierno menciona que la culpa es de ambos sectores que no se ponen de acuerdo para poder definir los límites y áreas de trabajo y está esperando un resultado.
Los tres actores que participan en este problema no reconocen tener parte de la culpa por lo que se suscita en Colquiri, además tampoco plantean soluciones, con excepción del actual Ministro de Minería que dio una idea, para la conformación de una sociedad minera conjunta en Colquiri para explotación.
Entonces, si nadie tiene la culpa, la tendría el cerro rico de Colquiri por causar expectativa nacional, porque si no se encontraba riquezas con yacimientos mineralógicos que contienen estaño, zinc, plata, evaluados en 5.781 millones de dólares en la veta Rosario, ninguno de estos sectores hubiera estado en disputa por ese espacio minero, viviendo en paz y armonía. La que hubiera estado trabajando, con seguridad, hubiera sido la compañía Sinchi Wayra, filial de la Minera Suiza Glencore, haciendo estudios de geología y de minerales, invirtiendo recursos económicos y tecnología.
El problema ya está hecho, las soluciones tienen que llegar tarde o temprano, y mejor si es sin la pérdida de más vidas humanas. En cuanto a explotación, quien estaría en condiciones de invertir 790 millones de dólares para impulsar el proyecto con la construcción de ramplas, planta concentradora, planta metalúrgica de zinc, sería el Gobierno.
Así como están los dos bandos mineros, entremezclados, no existiría paz para adelante en el proceso de explotación de la veta Rosario, se suscitarían conflictos en forma constante, debido a: problemas para el mantenimiento de las bocaminas Chojña y Triunfo, galerías subterráneas, usos comunes en accesos principales, incumplimiento de límites y áreas de trabajo no claramente definidos en interior mina de la veta, instalación y mantenimiento de cañerías para aire y agua en interior mina, existirían interferencias de vías de transporte para materiales, insumos o traslado de minerales, custodia de herramientas y equipos, seguridad física, sabotajes, chantajes, juqueo o robo de minerales.
Finalmente habría celo laboral entre mineros asalariados, dependientes del Estado, versus cooperativistas propietarios. Acabarían destruyendo la mina ambos sectores, sería un entuerto. Sería como si trabajaran o convivieran por la misma miel dos familias distintas de hormigas en un mismo hormiguero y con dos reinas, cosa imposible de que ocurra en la naturaleza.
Con el propósito de que se encuentre paz entre hermanos en Colquiri y por el bien de Bolivia, tendría que haber desprendimiento de los mineros de la Cooperativa 26 de Febrero, reubicando sus áreas de trabajo en otras vetas de expectativa que ellos conocen.
El autor es Past Presidente del Colegio de Auditores de Bolivia.
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