¿El pan nuestro de cada día con harina boliviana?

Aunque se habla desde hace seis años atrás, de que los bolivianos podríamos consumir el pan nuestro de cada día con harina boliviana, todavía ese sueño no se hace realidad, porque en vez de subir la producción de trigo hasta el año 2010, en las siguientes campañas como en la actual, apenas se podría llegar a producir 120 mil toneladas de trigo, debido a los factores climáticos, de seguridad jurídica y apoyo económico y financiero al sector.

Si tomamos en cuenta de que el año 2011 se importaron 450 mil toneladas métricas de trigo a $us. 180 dólares americanos la TM, se erogaron del Tesoro General de la Nación 81 millones de dólares americanos, con la consiguiente fuga de divisas monetarias del país en desmedro de la soberanía alimentaria, al vecino país de la Argentina. Del 2011 al 2012 se habría duplicado el precio del trigo de $us. 180TM a $us. 360TM.

Es de destacar que la demanda de insatisfecha de trigo es de 720 mil toneladas métricas de requerimiento, según datos del INIAF y el INE, lo cual muestra un crecimiento signiificativo si comparamos con el crecimiento de la población, puesto que en seis años hemos pasado de 8 millones y medio de bolivianos a 10 y medio, con un incremento de ciudadanos, según la Corte Nacional Electoral.

En ese sentido, lo que se demanda son 720 mil toneladas métricas y nuestra producción alcanzará difícilmente 120 mil toneladas, con lo cual tendríamos un déficit crónico de 600 mil toneladas, que tendrían que importarse al precio actual de $us. 360 dólares americanos en desmedro de la soberanía y seguridad alimentaria.

Esto significaría un gasto público de 216 millones de dólares americanos al precio actual de $us. 360 dólares por tonelada al precio actual, y debido a la mala cosecha del principal mundial EE.UU. se presume que el precio se vaya a elevar a más de $400 la TM, lo actual es un atentado a la economía de los ciudadanos, cuando con estas cifras millonarias de erogación se podría sanear la magra economía de los productores agrícolas.

Sin embargo en las esferas de gobierno se ha anunciado el apoyo a la producción de este cereal en planes de investigación y otros pero, los productores continúan a la espera del inicio de un plan o programa, en el marco de una política agresiva en la cadena productiva del trigo, que responda a la seguridad y soberanía alimentaria, tan “cacareada”.