Luego de tres semanas de constantes movilizaciones que afectaron a la ciudad de La Paz, ayer la plaza Murillo estuvo abierta en todos sus accesos a la población paceña que pudo acceder a este espacio histórico de paseo y esparcimiento.
Un sinfín de movilizaciones obligaron a las autoridades policiales a bloquear todos los accesos a la plaza principal. Las medidas de seguridad impidieron el normal y cotidiano ingreso de las personas que transitan a diario por estas vías, al centro del poder político en la sede de Gobierno, donde está situada la Asamblea legislativa, el Palacio de Gobierno y la Cancillería del Estado, además de otras instituciones públicas que se encuentran alrededor.
Durante los días de conflictos, los policías permitieron el paso de los funcionarios que trabajan en la Gobernación de La Paz y en las instituciones públicas del Estado, previa presentación de su credencial, por la calle Comercio y Colón.
Entre las últimas manifestaciones que obligaron a las autoridades del orden a cerrar esas vías, se destacaron el conflicto que protagonizaron los mineros de Colquiri y la movilización de los denominados ponchos rojos, entre otros.
Ayer domingo luego de varios días que fueron muy tensos para la población paceña, se vieron familias que buscaban un descanso apreciando el entorno.
En conversación con una de las vendedoras del sector, quién solicitó no dar su nombre por miedo a represalias de las dirigentes que prohibieron dar declaraciones a los medios de comunicación, dijo que durante los días de conflictos tuvieron pérdidas económicas, especialmente en la venta de maíz (para las palomas) y gelatina que se ofrece en el lugar.
Mencionó que muchas de las vendedoras cuando se suscitan conflictos prefieren no salir a vender, en el llamado kilómetro “0”.
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