¿El presidente Chávez es amigo o negociante de Bolivia?

Los bolivianos cada día que pasa estamos confundidos o sorprendidos por las veleidades o acciones de solidaridad o cooperación que estuvo prestando a Bolivia el presidente venezolano Hugo Chávez desde que asumió el gobierno boliviano Evo Morales. Manifestando que Morales era el primer mandatario de origen indígena que asumió el poder en Latinoamérica, Chávez fue el portavoz para que Evo pasease triunfante ante gobiernos de países europeos, asiáticos, latinoamericanos y otros.

En sus frecuentes visitas al país, Chávez ofreció cooperación y asistencia económica para diferentes proyectos que pretendía emprender el Gobierno boliviano con sus programas “Bolivia Avanza, Evo Cumple”. Con el transcurrir del tiempo se fue decantando la cooperación y asistencia venezolana que inicialmente se suponía constituían donaciones o cooperación no reembolsable. Después se confirmó que las supuestas donaciones en realidad constituyen préstamos a ser pagados en el futuro, como lo demuestran varias publicaciones de la prensa nacional e internacional.

En un editorial de EL DIARIO, titulado “Retorno al colonialismo”, se manifiesta que antes del gobierno de Morales la deuda boliviana sumaba 47 millones y en menos de seis años de este gobierno a Venezuela se debe 421 millones de dólares y la deuda creció en 800 por ciento, suma astronómica aparejada con una deuda política.

En Venezuela sus pobladores prefieren recordar tiempos de bonanza económica de los periodos progresistas del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, cuando la entidad petrolera PDVSA empezó a producir tres millones de barriles diarios de petróleo, generando millonarios ingresos. Si cada barril se cotiza en 84 dólares americanos, el gobierno de Chávez se beneficia con 240 millones de dólares por día, a lo que se debe añadir los millonarios ingresos económicos de la industria petroquímica.

La segunda gran industria venezolana es la siderurgia y la industria del hierro, instalados en el pueblo de Morón del Estado de Puerto Cabello. Gigantes petroleras como Menegrande, Shell, Creole Petroleum, Gulf Oil y otras contribuyeron con sus inversiones para convertir a Venezuela en una potencia energética mundial, por lo que el gobierno de Chávez disfruta de bonanza económica que le permite contribuir generosamente y dotar de carburantes a Cuba y otros países de su entorno político, como los del ALBA y Unasur, a los que entrega carburantes con precios por debajo de las cotizaciones internacionales.

Según la prensa internacional, el candidato de la oposición venezolana Henrique Capriles acusó al gobierno de Chávez de haber REGALADO casi 170 millones de dólares a otros países sin pensar en las necesidades de los venezolanos.

Cuando los turistas visitan Caracas, los taxistas recuerdan la bonanza económica de anteriores gobiernos, ya que por día se construía cuatro kilómetros de carreteras asfaltadas, calles, avenidas, distribuidoras de trafico de cuatro pisos, obras ejecutadas por empresas italianas que, entre personal técnico y trabajadores, sumaban aproximadamente 150.000 italianos que con la llegada de los gobiernos de Calderas, Betancourt, Chávez se fueron a otros países. Venezuela quedó con una tremenda crisis de desempleo y pobreza en sus sectores marginales. Las próximas elecciones en Venezuela decidirán el futuro de este pueblo hermano, así como las consecuencias para las naciones integrantes del ALBA, Unasur y otros.

En cuanto a la cooperación venezolana a Bolivia, en el periodo del presidente Chávez empezó con bastante empuje, pero se fue diluyendo porque el mandatario bolivariano pretendió convertirse en el nuevo libertador económico de América, proponiendo construir el Gasoducto transcontinental que partiendo de Venezuela atravesaría Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y llegar hasta Uruguay y Paraguay. En ese tiempo Bolivia aún estaba a tiempo de convertirse en el centro energético de Sudamérica por su gran potencial de yacimientos gasíferos. No podemos afirmar si fue un gesto generoso de Chávez o se constituyó en un retroceso.

Países vecinos interesados en que Bolivia les provea de gas y combustibles optaron por instalar centrales de conversión de gas en carburantes, para convertirse en vendedores de combustibles a nuestro país. Varias empresas nacionales que en años anteriores hacían trabajos de prospección, exploración, construcción de ductos y otros se fueron a trabajar a los yacimientos petrolíferos de Camisea en Perú, donde contribuyen para que este país se convierta en el mayor exportador de petróleo y gas de Sudamérica, siguiendo el ejemplo de Venezuela.

Los convenios de cooperación financiera y tecnología de Venezuela para estudios de prospección, exploración y perforación de pozos en la búsqueda de hidrocarburos en el Norte Paceño, por acuerdo con PDVSA, hasta la fecha no dan signos de avance y sus resultados son inciertos. Por tanto los bolivianos nos preguntamos ¿es sincera la cooperación del presidente Chávez o estamos soportando las acciones de un negociador que pretende convertirse en líder bolivariano a costa de los más ingenuos?

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