BBC Mundo le explica en qué consiste esta enfermedad y con cuánta frecuencia ocurre en países de América Latina y el resto del mundo.
¿Qué es el cáncer de próstata?
Esta forma de cáncer se desarrolla en la próstata, una glándula del tamaño de una nuez ubicada debajo de la vejiga y frente al recto.
La próstata se encarga de producir el líquido que nutre, protege y transporta al esperma durante la eyaculación. Y tiende a incrementar su tamaño con el paso de los años.
A pesar de que este aumento de volumen -llamado hiperplasia benigna de próstata (HBP)- no se debe al cáncer, produce síntomas similares a los de la enfermedad, como incremento en la frecuencia urinaria y dificultad para pasar orina.
El cáncer se produce cuando las células de la próstata comienzan a multiplicarse sin control, aunque ocurre con más frecuencia en los mayores de 50 años.
En muchos países, incluidos varios en América Latina, la enfermedad es la forma más común de cáncer entre los hombres.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la mayoría de los países de la región, con excepción de Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina, el cáncer de próstata es la principal causa de muerte por cáncer en hombres.
Esta alta mortalidad en América Latina, dicen los expertos, se debe a que a menudo la detección precoz es muy baja y los pacientes por lo general consultan al médico en las etapas avanzadas de la enfermedad.
Si la afección se detecta precozmente y el tumor no se ha propagado a otros órganos, las posibilidades de supervivencia son muy buenas.
¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad a menudo no presenta síntomas y cuando los presenta suelen confundirse con los de la HBP.
Cuando está presente el cáncer, los síntomas pueden ser la necesidad de orinar con frecuencia, dificultad para pasar orina o eyacular, una sensación de que la vejiga no logra vaciarse completamente, sangre en la orina o semen y dificultad para dormir debido a la necesidad frecuente de orinar.
En las etapas más avanzadas de la enfermedad, puede presentarse pérdida de peso, dolor de huesos, pelvis o de la espalda baja.
¿Cuáles son las causas?
Todavía no se conocen con precisión las causas del cáncer de próstata, pero algunos estudios han mostrado que hay determinados factores que pueden incrementar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Estos son: el sobrepeso y la obesidad, el historial de un familiar cercano -padre o hermano- con la afección. También se ha demostrado que los hombres con descendencia afrocaribeña o afroamericana tienen más riesgo de sufrir la enfermedad.
Algunos expertos piensan que una dieta rica en grasas podría contribuir al desarrollo de este tipo de cáncer, pero esto no ha sido confirmado.
Y los estudios que vinculan al cáncer de próstata con la vasectomía han arrojado resultados contradictorios.
¿Cómo se diagnostica?
Hay varios métodos para investigar la presencia del cáncer de próstata.
El más simple es un examen de tacto rectal, que se realiza con la palpación de un dedo a través del recto para detectar una próstata agrandada.
El siguiente paso son los análisis de sangre. El cáncer provoca un incremento en los niveles de determinados compuestos químicos en la sangre, específicamente el antígeno prostático específico o PSA.
El aumento de este compuesto puede revelar la posibilidad de la enfermedad. Y el médico debe decidir si se debe referir al paciente a un especialista para llevar a cabo análisis más detallados, como escáneres de ultrasonido y radiografías.
¿Cuáles son los tratamientos?
Con un diagnóstico precoz, el tratamiento puede ser muy exitoso.
Por eso, los expertos subrayan la importancia de estar consciente de los síntomas y de consultar a un médico lo más pronto posible si estos se presentan.
Tal como explica a la BBC el doctor Robert Hicks, médico general y especialista en salud masculina, una de las decisiones más importantes que enfrenta un paciente con cáncer de próstata es si debe tratarse o no.
“En muchos hombres de edad avanzada, mayores de 70 años, estos tumores progresan tan lentamente que la cirugía y otros tratamientos pueden causar más daños que beneficios”, dice el experto.
“Sin embargo, cuando el tumor es más agresivo, ya se ha propagado o tiene probabilidades de propagarse, la cirugía debe ser la primera opción”.
El primer paso es realizar una biopsia de la próstata, una muestra que debe confirmar si el cáncer está presente y si el tumor es agresivo o no.
Una vez que se investiga el tamaño y alcance del tumor, se decide sobre el tratamiento y el tipo de cirugía.
Si el tumor no se ha propagado fuera de la próstata, se puede someter al paciente a una prostatectomía, la extracción de la glándula y sus tejidos adyacentes.
La operación a menudo tiene efectos secundarios posteriores, como dificultades para lograr una erección o para controlar la expulsión de orina.
Sin embargo, cada vez hay más avances en cirugía y radioterapia para lograr extraer o tratar la próstata de forma más precisa sin causar daños en los tejidos adyacentes.
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