Recordando al almirante Grau y la Marina de Guerra del Perú

Es sobradamente apropiado e ineludible que en esta fecha los bolivianos brindemos un homenaje a la memoria del almirante Miguel Grau Seminario, el Caballero de los Mares, almirante de Perú y Bolivia, quien un 8 de octubre de 1879 se inmoló en Punta Angamos defendiendo las esperanzas, los intereses y el mar de los bolivianos en la Guerra del Pacífico; por ello ha ganado el merecido respeto y el reconocimiento de nuestro país. Por ese motivo, el Parlamento Boliviano en 1989 lo declaró héroe boliviano y las Armadas de Perú y Bolivia le rinden cada año en esta fecha un sentido homenaje con honores militares en la Plaza que lleva su nombre, en la zona de Irpavi de la ciudad de La Paz.

Miguel Grau fue un ciudadano ejemplar, poseedor de grandes cualidades democráticas y gran defensor de la Patria que lo vio nacer, habiéndolo manifestado en todos los actos de su vida personal y profesional, coronando estas virtudes con un acto de heroísmo al sacrificarse en el puente del Monitor Huáscar. Este hecho de valor no fue por una inspiración circunstancial sino, como se mencionó anteriormente, el producto de toda una vida dedicada al servicio de la Patria, motivo por el cual lo reconocen los países sudamericanos y el mundo entero como ejemplo de vida.

El 8 de octubre también es una fecha histórica de gran significado para la hermana República del Perú, pues se conmemora otro acontecimiento de relieve, el 191 aniversario de creación de su Marina de Guerra, ocasión propicia para hablar de las cordiales y fructíferas relaciones entre las armadas de ambos países.

La Marina de Guerra del Perú, como ente actor primordial en las relaciones bilaterales entre Perú y Bolivia, cumple una importante labor patentizada en múltiples actividades de cooperación e intercambio de recursos humanos profesionales. Las más importantes se manifiestan en becas de estudio en la Escuela Naval del Perú, ubicada en el Callao, campañas binacionales de acción cívica y de salud para socorrer a las poblaciones ribereñas del Lago Titicaca de ambos países, así como las gestiones destinadas a viabilizar la concreción del acuerdo ampliatorio de Ilo; demostrando de esa manera el vínculo tradicional de amistad binacional que siempre existió. Esas acciones continuamente han sido impulsadas y monitoreadas por los agregados navales acreditados ante la embajada de Perú y por los sucesivos embajadores y embajadoras acreditados en nuestro país.

La Armada Peruana con estas acciones ha contribuido, así como otras marinas de países amigos, a forjar nuestra doctrina naval y a crear y construir esa mística de nuestros hombres de mar, lo que a su vez aporta al fortalecimiento y logro de los intereses marítimos de Bolivia.

En consecuencia, por la hazaña del Almirante Miguel Grau y la valiosa contribución de la Marina de Guerra peruana y muchos otros motivos más, debemos agradecer al hermano pueblo del Perú.

El autor es Oficial (r) de la Armada Boliviana egresado de la Escuela Naval del Perú.