Carlos Romero habla de un control absoluto en Colquiri

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó ayer que tras recibir despachos directos desde Colquiri puede afirmar que desde la tarde del sábado, la Policía tiene un control absoluto de aquella zona y por acuerdo de los sectores en pugna, se decidió establecer una especie de toque de queda para seguridad de los habitantes.

Romero dijo que para evitar la desinformación y con el afán de evitar la intranquilidad se hizo el sábado dos conferencias de prensa. “Se hizo una colección de pruebas y se recibió testimonios. Luego del ingreso de los cooperativistas al pueblo se lanzaron algunas dinamitas y petardos en algunos casos contra algunos domicilios. Los dos grupos de aglutinaron en dos cerros que están a una distancia de 1.000 metros, pero no hubo más. A las siete de la noche la situación en Colquiri estaba bajo control”, expresó Romero.

Recordó que durante la tarde del sábado estuvo en contacto con los representantes del sector asalariado y cooperativista, porque algunos testimonios irresponsables emitidos por medios radiales daban informaciones confusas por posibles enfrentamientos, de manera que esas noticias causaron preocupación en poblaciones cercanas como Huanuni y Caracoles que esperaban informaciones para marchar hasta el lugar de los acontecimientos.

Contó cómo un testimonio de una señora que dijo haber presenciado a dos personas bañadas en sangre y cuando recibió la consulta del viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, cambió totalmente su testimonio al señalar que “le habían contado ese hecho”.

“Todo eso generó un estado de tensión. A una mujer le saltaron esquirlas de una dinamita y tuvo un par de cortes; había contusos porque recibieron pedradas. A una persona le cayó una piedra en la cabeza. Trasladamos a la mujer a un centro médico de Oruro porque además se encontraba en estado de gravedad. No era una situación para menoscabarla, pero tampoco era un polvorín”, expresó.

Destacó la labor cumplida por el coronel Alberto Aracena quien con un grupo policial tomó el control de los cerros, donde se habían apostado horas antes los mineros, con el sólo afán de evitar enfrentamientos y que los mineros al calor del alcohol llegaran a excesos. Calificó como “razonable” la actitud de los dirigentes mineros de uno y otro sector que se pusieron de acuerdo para suscribir un acuerdo en la plaza replegando sus bases y acordando un clima de tranquilidad, de manera que más allá de las 22.00 horas no se podía caminar en grupos de más de tres personas.

Al explicar el tipo de tareas que cumple la Policía en el distrito minero en cuestión expresó que en el momento no hay más explosiones de dinamita, la Policía se mantiene en la zona controlando los lugares estratégicos.

Recordó que hay un acuerdo de por medio que garantiza para Comibol gran parte de la mina y que la veta Rosario la compartirán ambos sectores, al igual que los ramales, habiéndose definido los accesos, las servidumbres de aire y agua, en un ambiente de convivencia armónica.

El párroco de Colquiri, Henry Soria, corroboró esta situación y dijo a Erbol que ya no existían detonaciones de dinamita ni otros explosivos y que tampoco hubo enfrentamientos. La emisora y una agencia basaron sus despachos en las declaraciones del sacerdote, pero no corroboró el número de pacientes trasladados al nosocomio de Oruro, hablando de 15 y luego de 22 personas. Pese a que Romero quiso minimizar los hechos del fin de semana, el informe emitido por la jefe médico del Hospital de Oruro, Eliana Liendo, difundido por la agencia ABI, dice que hubo tres personas heridas, más allá de los contusos que refirió la autoridad del Ejecutivo.

“Son tres pacientes del seguro delegado de la Empresa Minera Colquiri; Enrique Tito, tiene una lesión a nivel parietal derecha, Olivia Huallpa Llusco, tiene una herida cortante en la mano derecha; Simón Alegre, tiene una herida en el ala nasal derecha y el estudio radiológico determinaría la existencia o no de una fractura del maxilar”, explicó.