M. Salomón Rivas V.
Todo el pueblo boliviano, hasta de los apartados rincones de la Patria, aplaude la valiente posesión verdadera de nuestras aguas potables para aprovechamiento propio. Sólo los valientes arrebatarán el Cielo. También son loables los proyectos técnicos del Comité Cívico Potosino y de las Fuerzas Armadas, por lo que los ingenieros bolivianos deseamos poner nuestros conocimientos y manos para realizarlos.
Tampoco podemos seguir regalando ni una gota de aguas cristalinas a los que dicen que los bolivianos nunca retornaremos al océano Pacífico, pero qué va ser pacífico, por la injusticia de gobernantes chilenos de turno, temerosos de obedecer el sentimiento ofuscado del pueblo chileno. Ahora se escucha de unos cuantos militares el lema de “por la razón o la fuerza”, por “debilidad” y se arman hasta los dientes, para defender la “insensatez” de sus pocos oligarcas. Lo cierto es que son los soldados quienes mandan en ese país.
Las aguas que dan vida a escasos bofedales y luego corren quebrada abajo, son producto de las aguas caídas del cielo sobre los cerros y pampas volcánicas de la región. Son aguas que han percolado rocas porosas para aflorar en la quebrada como manantiales. No puede haber aporte chileno a ello, dado que no suben aguas de terrenos más abajo, por el principio de la ley de la gravedad.
Es correcto comenzar poco a poco el uso de esas aguas, con las piscinas de criaderos de peces y riego para convertir en un oasis desde la cabecera de la amplia quebrada y sus laderas, y plantar una flora especial y económica, regando por bombeo las pampas, ricas en suelos vírgenes, arriba de la quebrada. En los mismos manantiales se puede embotellar el agua dulce, cristalina, rica en minerales volcánicos, y potable, para calmar nuestra sed y de la gente que vive debajo de la quebrada, hasta de los que llegan al mar.
Aforando el caudal que sobre, se consideraría los otros proyectos. Mario Castro, vicepresidente de CODEPANAL original, hace cinco años ha publicado un estudio sobre un polo de desarrollo con las aguas del Silala y la región de Quetena, que vale analizarlo, también para atraer flujos de personas del sector sur del occidente del país, que necesitan participar en actividades.
Ahora bien, antes de ceder algún caudal a Chile, debe pagar por la deuda histórica centenaria, por el 100% de los metros cúbicos de agua dulce, con metros cuadrados de la punta de roca firme, playa y un acceso vial directo, con soberanía a la Caleta Junín, vecina a Pisagua. Sería un camino sin interrumpir la continuidad territorial de Chile, a través de pasos de nivel. Más aún, se tiene pendiente el pago del 50% de las aguas usurpadas del río Lauca, desde la ruptura de relaciones, puesto que la fuente de origen de los manantiales y arroyos del Lauca está en los volcanes de la Cordillera Occidental, que hace frontera entre Chile y Bolivia.
Este hecho histórico y valiente para contar con las aguas soberanas de los manantiales del Silala, por necesidad de industrialización de los dueños bolivianos, es correcta y vale más que millones de discursos, de centenares de libros, de ofrecimientos, agendas, viajes y papeleos sin sentido para justificar el abusivo uso foráneo de nuestros recursos naturales, los cuales fueron donados por Dios para satisfacer nuestras necesidades.
Es el inicio profético del retorno al mar, pacíficamente y con válidos argumentos. “El engaño de más de un centenario grita más fuerte, que el mar que canta”, parafraseando a Franz Tamayo.
El autor es Ing. Geólogo.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |