Radiografía al sistema partidario de Bolivia

CN no llegará al 2014 por sus facciones generacionales



La derecha en Bolivia tiende más a fragmentarse que a reforzar la unidad que los mantiene como una bancada parlamentaria.

La democracia en Bolivia no puede ser entendida sin la presencia de un sistema partidario que garantice el equilibrio entre corrientes y tendencias ideológicas. Desde 1982 y en cada evento democrático posterior primó la competencia electoral entre los partidos políticos que representaban a la derecha tradicional, la corriente neoliberal y las facciones de izquierda y centro izquierda que brindaban un abanico de opciones a la población.

Si bien la democracia era representativa en sus inicios, hoy Bolivia cuenta con una democracia representativa donde los pueblos originarios han sido reconocidos y la equidad de alternancia es un concepto que se asume para los cargos electivos.

Sin embargo, este sistema parece estar en riesgo de convertirse en una representatividad aparente, porque la hegemonía lograda por el Movimiento Al Socialismo (MAS) a partir de 2009 hace de la Bolivia actual, un país unipartidista.

Ante este panorama, la primera fuerza opositora en la Asamblea Legislativa, Convergencia Nacional (CN), debate su futuro inmediato, previendo su extinción ante las corrientes generacionales que terminarán por fraccionar aún más al bloque superviviente de la derecha boliviana.

Convergencia Nacional nació como una coalición de agrupaciones regionales como la Alianza Por Bolivia (APB) de Luis Serrate en el oriente o el Plan Progreso Bolivia (PPB) de José Luis Paredes en el occidente, ante la emergencia de presentar una fórmula que compita con el MAS de Evo Morales.

El senador Marcelo Antezana, señaló que ante la pérdida de la personería jurídica de Nueva Fuerza Republicana (NFR) el 2009 para enfrentar los comicios electorales. Manfred Reyes Villa buscó sociedad con estas agrupaciones con personería jurídica. Se avanzó, dice, aunque faltó el compromiso de la denominada media luna de los prefectos del oriente, situación que mermó el alcance que pudo tener CN.

La diputada Norma Piérola, que fue invitada a esta coalición, agrega que “Manfred se arriesgó en un momento tan difícil de hacer un partido político, fue viajando por el interior del país para hacer alianzas”.

CN logró el 39.5% de la votación con más de un millón doscientos mil votos con la dupla Reyes Villa y Leopoldo Fernández, quien candidateó desde el penal de San Pedro, en un hecho inédito en la historia nacional.

La senadora Carmen Eva Gonzáles reconoce que Convergencia es un resabio y disidencia de Poder Democrático Social (Podemos) y a su vez de Acción Democrática Nacionalista (ADN) que eran los frentes predominantes en Pando, departamento al que representa.

Tras la salida en exilio de Reyes Villa y Paredes, además de la prolongada detención sin proceso de Fernández, los grupos de CN se fragmentan apenas iniciada la gestión legislativa. Los jóvenes e inexpertos diputados y senadores asumen que pueden tomar el control partidario y se provoca un choque generacional con los dirigentes “antiguos” como Roger Pinto, German Antelo o el propio Antezana quien afirma que los militantes de bancada responden más a sus liderazgos regionales.

El diputado Andrés Ortega explica este hecho: “Todos querían unión, pero querían ser cabeza del frente político. Fue entonces que surge un grupo de gente joven, nuevos actores políticos, que ante la ausencia de Manfred y de los líderes políticos de Convergencia, tomamos el liderazgo de la oposición en las acciones parlamentarias”.

Reyes Villa, al parecer consciente de este panorama, decide desde EEUU, fundar Fuerza Republicana Federal (FRF) un nuevo partido político en Bolivia, que espera ser una alternativa ideológica frente al “proceso de cambio”, propugnando precisamente el federalismo como instancia de superación de las autonomías.

“Yo aclaré mi posición, le tengo mucho cariño a Manfred, pero para mí sería un transfugio aceptar ahora un partido en pleno ejercicio y representación de otro”, anuncia Piérola.

El actual jefe de bancada, Luis Felipe Dorado, desconoce el nuevo proyecto y se aferra a la idea de prorrogar a CN. “Un pequeño grupo de diputados de Convergencia y un senador estuviera intentando hacer un partido político supuestamente por órdenes de Manfred, no conocemos nosotros. Creemos que lo estarían haciendo a título personal”.

Adriana Gil es otra legisladora de este frente que ya anticipó su separación, porque piensa tener una sigla propia y a partir de aquello postular a la presidencia en diciembre de 2014.

 
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