Analista afirma que agresión verbal a EEUU es una táctica política

La analista política, Jimena Acosta, en una entrevista realizada por la Red Erbol, señaló que las agresiones verbales del Presidente Morales a Estados Unidos es una táctica política del Gobierno, que sin embargo vuelve más “compleja” las relaciones bilaterales entre Bolivia y el país del norte.

Señaló que el hecho de que existan “agresiones” verbales de parte del Gobierno boliviano hacia Estados Unidos no significa que cambie la política del país norteamericano.

Consideró que muchas de las aseveraciones del presidente Morales tienen un tinte discursivo, como el caso de las amenazas de expulsión de La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) al escucharla más de setenta veces alrededor de estos años, debido al supuesto financiamiento ilícito de las cuales no se presento pruebas.

“Por poner un ejemplo nunca se ha expulsado a USAID, es decir, es necesario en el discurso la confrontación permanentemente sólo para generar polémica con un discurso anti neoliberal, anticapitalista y antiimperialista”, dijo.

Jimena Acosta, imagina que si la Embajada de Estados Unidos se fuera del país, USAID y la DEA, el Gobierno se quedaría “huérfano”, porque no sabría a quien “culpar” de los problemas coyunturales.

“Si se fueran éstas entidades de Bolivia ¿El Gobierno a quien le echaría la culpa de la supuesta conspiración? Para mí, es una relación de mutua necesidad, porque Estados Unidos necesita tener presencia en Bolivia al existir interés y el Gobierno boliviano necesita tenerlo cerca para acusarlo de todo lo malo que pasa”, dijo.

La analista manifestó que se tiene que comprender la visión de Estado del país norteamericano en como operaría su política exterior. “No van a estar bien o mal con el Gobierno boliviano en tanto se los trate mal”, aseveró.

Las relaciones no son las mejores con Estados Unidos, pero esa es una estrategia política que el Gobierno implementa para fortalecer su propia posición y unifica sus bases frente a un “enemigo” que esta presente aún en el país.

“Si realmente fueran tan tensas las relaciones, no solamente se hubiera expulsado al embajador Philip Goldberg, no se hubieran restituido las relaciones recientemente, ni estaría Bolivia firmando un acurdo trilateral con Brasil y los Estados Unidos, por ejemplo para la lucha contra el narcotráfico”.