Fundación de La Paz

Un 20 de octubre de 1548 fue fundada la “Ciudad Nuestra Señora de La Paz” por el capitán español Alonso de Mendoza, cumpliendo de esta manera el mandato del presidente de la Audiencia de Lima Pedro de la Gasca, para perpetuar con esta fundación la pacificación del Perú.

Don Pedro de la Gasca, español de nacimiento (1493 - 1567) fue el consejero del Tribunal de la Inquisición, investido como pacificador del Perú en 1545 por el rey Carlos V. Llegó al Perú en abril de 1547 y combatió a las fuerzas rebeldes de Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, el fundador de Lima, Perú, a las que derrotó en las batallas de Huarina el 19 de octubre de 1547 y Sacsahuana, el 4 de abril de 1548. Capturado Gonzalo Pizarro fue decapitado en el Cusco, el 10 de abril de 1548.

Fue entonces que Pedro de la Gasca ordena al capitán Alonso de Mendoza fundar una ciudad en tierras del Alto Perú, quería proteger el comercio que había entre las ciudades de Arequipa, Cusco, La Plata y Potosí y que para eso necesitaba de una ciudad que sirviera de puente. Y se escogió Laja por entonces una pequeña población indígena. Para la fundación acompañaron a Mendoza cuarenta y dos españoles. Sin embargo, el lugar no se prestaba para una ciudad y tres días después los españoles se dirigieron hacia un apacible valle ubicado en una hondonada en la cual serpenteaba un río de aguas cristalinas y como guardián se alzaba en el horizonte el majestuoso nevado Illimani.

Este valle era llamado por los indígenas Chuquiago Marka, (sembradío de papas), en el momento de la fundación mandaban en el valle los caciques Uturuncu y Quirquincha. Uturuncu muy conocido en la región, estableció rápidamente contacto con los españoles a los que, incluso entregó hijas suyas en señal de amistad.

El nombramiento dado a muchos de “vecinos fundadores” fue un premio por los servicios prestados al rey Carlos. Casi todos son solteros o han dejado a sus mujeres en España. La Sonsoles, esposa del procurador Juan de la Riva fue la primera mujer española en llegar a la ciudad de La Paz.

Las tierras repartidas entre los españoles se obtuvieron apropiándose de las que poseían los caciques Uturuncu y Quirquincha. De comienzo, se delimitó el ámbito de la Plaza Mayor en un lugar que los indígenas llamaban Churupampa, lugar de caracoles, al centro de ella y en ceremonia solemne se levantó una elevada picota, símbolo de la “justicia real”. En la designación de las primeras autoridades de la nueva ciudad, el capitán Alonso de Mendoza fue nombrado Corregidor y Justicia Mayor; se nombraron, asimismo, dos alcaldes, cinco regidores, un alguacil mayor y un escribano. además del cabildo, entre los primeros edificios públicos construidos en la naciente ciudad se encontraba la Iglesia, que se la llamó de San Sebastián, en la que fue entronizada la Virgen del Pilar. El emperador Carlos V otorgó a la ciudad un Escudo de Armas que lleva la siguiente leyenda: “Los discordes en concordia, en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”.