Los jefes de familia y las amas de casa, los comerciantes y los consumidores en general se manifiestan airados por el alza de precios de casi todos los artículos de consumo inmediato, elevación que tiene ya características poco menos que galopantes y con el peligro de que se desboquen con consecuencias apocalípticas.
La anterior conclusión pecaría de exagerada si no estuviese respaldada por datos numéricos, en algunos casos oficiales, que se registran en la vida diaria. Y mientras los datos estadísticos del INE aseguran que la macroeconomía alcanza índices nunca vistos, la microeconomía se desarrolla con cifras alarmantes y con aparente resignación de los consumidores.
El alza de precios de los productos de consumo diario registra las siguientes referencias concretas que, al parecer, no toman en cuenta los encuestadores oficiales. En efecto, el pan empezó a subir de precio y persiste la amenaza de aumento en otro 30 por ciento, sin tomar en cuenta que ese encarecimiento ya se está produciendo al rebajar el tamaño, peso y calidad del producto. Es más, existe la amenaza de que el precio de ese artículo que forma parte de la dieta familiar en alto porcentaje, suba mucho más porque no producimos trigo, el cual se lo tiene que importar y será hasta tres veces más que a principios de año. Tiempo atrás se compraba seis panes por un boliviano y ahora sólo se compra dos.
Otros alimentos que subieron de costo son las carnes rojas y blancas, cuyos precios últimamente han crecido y tienen tendencia a nuevas escaladas. Igual cosa ocurre con las verduras, con cotizaciones que no dejan de crecer y están determinando que la población deje de consumirlas, privando a los consumidores de vitaminas y minerales necesarios para sobrevivir.
Un renglón alimentario que registra precios aún más altos es el de la fruta, cuyos costes han subido hasta el 300 por ciento en relación con dos o tres años atrás. Es más, algunas frutas nativas que antes llenaban los mercados ahora ya no son conocidas y son sustituidas por frutas extranjeras. Hasta hace algún tiempo se compraba diez duraznos por un boliviano, pero ahora se compra cada durazno en un boliviano. Igual cosa ocurre con las tunas. Otro ejemplo, antes un higo costaba 20 centavos, ahora cuesta un boliviano. En cuanto a las manzanas, se observa que ya no existen las nacionales, sino todas son importadas de Chile y Argentina y su precio es muy alto, sin considerar que su calidad es muy inferior y son “pura “pinta”, como dice el pueblo.
Por otro lado, los precios de almuerzos en pensiones y restaurantes han subido en más del 100 por ciento, sin contar que han disminuido en cantidad y calidad. Antes se servía “entrada” y postre, ahora ya no se lo hace. Así mismo, se sirve sólo la mitad de una marraqueta. La cerveza ha subido también de precio, en la misma forma que ocurre con las gaseosas. En este aspecto, los bares y cantinas se llevan la flor. Además una taza de café subió de 5 a 9 bolivianos.
El alza de precios es poco menos que escandaloso en el caso de los medicamentos, que subieron hasta el 300 por ciento, dejando indefensos a los enfermos. Igual sucede con el transporte público local, que día a día sube centavo tras centavo, sin considerar que el “sistema por tramos” representa un alza hasta del 200 por ciento en algunos casos. En cuanto a los libros, pasaron a costar de 20 hasta 120 bolivianos.
Se puede citar otros casos para comprobar en los hechos que el alza del costo de vida está adquiriendo velocidad galopante y, como se dice, “mientras los precios suben por el ascensor, los salarios suben por las gradas”. A todo eso hay que agregar que los campesinos productores han empezado a subir los precios ante la amenaza de una sequía y como ellos son los que practican, como ningún otro sector social, las leyes del mercado de la oferta y la demanda, los precios de la papa, maíz, granos, quinua, verduras, carne y otros siguen en alza, causando dolor de cabeza a la población desamparada.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |