El canciller David Choquehuanca solicitó a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito su deseo de volver a la Convención internacional sobre estupefacientes, con una reserva que permita el masticado de la hoja de coca.
“Nosotros queremos ser parte de esta Convención. Necesitamos este instrumento para una efectiva lucha contra el narcotráfico y la reducción de los cultivos de hoja de coca”, declaró ayer el canciller boliviano.
Bolivia decidió retirarse en 2011 de la Convención de 1961, a la que pretende reintegrarse con una reserva sobre la prohibición del masticado de la coca (“acullicu”), una tradición ancestral y cuya defensa se recoge en la Constitución del país andino.
Para que Bolivia sea readmitida con la reserva que ha planteado tiene que ser aceptada por dos tercios de los 184 países miembros de la Convención, que vetó la planta porque contiene alcaloides que son la base para elaborar la cocaína.
El jefe de la diplomacia boliviana se encuentra inmerso en una gira por Europa, que le llevó el lunes a Londres, ayer a Viena para visitar Naciones Unidas, y que continuará por Francia, Suecia, Alemania y Bélgica, países en los que explicará la posición de Bolivia sobre la hoja de coca.