Bajó la venta de libros usados por reubicación de puestos

Desde hace más de 25 años, los primeros vendedores de libros usados o de segunda mano se establecieron en la plaza de San Francisco. Desde ese entonces hasta la fecha, los puestos de venta se han multiplicado en el mercado Lanza, en el pasaje Marina Núñez del Prado y por el centro paceño, dando así una nueva oportunidad a libros que para sus dueño originales ya no son útiles.

Fructuoso Aguilar, dirigente del sector en el mercado Lanza, manifestó que esta agrupación tiene una antigüedad de 51 años. “Yo estoy desarrollando esta actividad durante 25 años. Comenzamos unos 10 ó 12 compañeros, de los que todavía quedan dos o tres con vida, pero ya son mayorcitos”.

Desde la venta en tableros, luego anaqueles y finalmente en casetas de ladrillo, la situación para estos libreros cambió radicalmente, no sólo por la anunciada muerte a causa de la aparición de los libros digitales, sino también por los cambios de ubicación.

“La percepción que tengo es que antes, como siempre estuvimos ubicados en la calle, teníamos la venta más rápida. Ahora que estamos en el mercado, lógicamente, han bajado las ventas porque ahí solamente entran los que necesitan un libro. Cuando estábamos en la calle, las personas veían un libro y se lo llevaban”, dijo Aguilar.

Para equilibrar esta situación y para vender la mayor cantidad de libros, se organizan ferias en lugares abiertos, como el que se realizó el pasado miércoles, con la exposición de libros de diferentes tamaños, formas y temáticas en la plaza del Bicentenario, gracias a la cooperación de la Oficialía Mayor de Culturas, que posibilitan “estar al alcance de la gente, de los estudiantes, con la cultura en la mano”, como apunta Aguilar.

Pese a las dificultades de este sector, los puestos de libros usados continúan siendo una puerta a pequeños o grandes tesoros que no pueden hallarse en editoriales o tiendas establecidas. “Las ofertas que tenemos son una infinidad de libros, obras nacionales, internacionales, para matemáticas, para técnicos, para computación. Y los precios van desde los 5 a los 200 bolivianos, dependiendo del libro”, acota.

ESPECIALIDAD EN LITERATURA

Entre los muchos puestos que existen en el Pasaje Marina Núñez del Prado, el número 27 se dedica exclusivamente a la literatura, con ofertas que van desde la narrativa hasta el ensayo y la dramaturgia, comentó Alexis Arguello propietario de dicha caseta.

Asimismo explica que a veces los lectores pueden encontrar cosas de diferentes lugares, por ejemplo depósitos que compran papel. Por otro lado, indicó también que los libros usados tienen la oportunidad de volver a vivir dependiendo de aquél que los reviva.