Visita de la reina Sofía y un aniversario

La visita de S.M. la reina Sofía de España a Bolivia para informarse directamente de los logros alcanzados por la Cooperación de ese país al nuestro, y estudiar las perspectivas que esa ayuda puede tener en lo futuro, es una señal de que los pueblos cambian de mentalidad y de actitudes al adecuarse a la mentalidad predominante de una época. En efecto, España colabora decididamente al crecimiento humano de nuestro país, empeñado en aplicar la “descolonización”, es decir, sigue una línea antiespañola.

Esa visita nos muestra que el Gobierno español, representado por la reina Sofía, mira hacia adelante, empuja a la historia para alcanzar nuevos y mejores logros a favor del hombre concreto; mientras otras personas, en pleno Siglo XXI, todavía están encapsuladas en el pasado, negándose a salir de sus prejuicios y resentimientos tardíos, que no han de lograr que lo ya producido en el pasado se modifique.

La historia es lo ya hecho, bien o mal, por el hombre de un tiempo y una mentalidad determinados, y queda únicamente como lección, como enseñanza de comportamientos que se debe o no repetir para evitar errores cometidos entonces y que van en contra de personas y pueblos; pues la historia fundamentalmente es marcha, es el recorrido del ser humano en el tiempo y el espacio para tratar de humanizarse cada vez más, mediante valores positivos, como el de la solidaridad, que ayuda a todos sin mirar ni la cara ni la actitud de quien recibe la cooperación.

Por otra parte en esa visita el Gobierno español, representado por la reina, ha de firmar con el nuestro un memorándum de entendimiento acerca del tesoro que el galeón “Nuestra Señora de las Mercedes” llevaba a España, hace siglos, una cantidad de moneda y de tesoros, en una actitud de saqueo colonial, y fue hundido por los piratas ingleses en el Caribe. Hoy, la actitud de España es diferente: quiere compartir esas riquezas con quienes la produjeron, en señal de fraternidad y, sobre todo, de verdadera descolonización, sin levantar el grito de la propaganda política con esa bandera.

La visita de la reina Sofía, por otra parte, se realiza prácticamente en un aniversario más del descubrimiento de América por Colón. Se produce en la fecha del encuentro de dos mundos que se ignoraron por completo durante siglos, desarrollándose cada uno con características diferentes, que les imprimieron sello propio. Con la llegada de Colón se da uno más de los tantos mestizajes en el mundo; se inicia la mezcla de dos sangres que se vierten en las venas del nuevo tipo humano, el mestizo americano, que irrumpe en la historia con la vitalidad de lo renovado. Se inicia, también, el mestizaje cultural por la unión de dos mentalidades, dos maneras de ver y comprender el mundo; la mezcla de la visión europea cristiana del mundo con la concepción india del mismo, formando una nueva cultura por la síntesis de cosmovisiones.

La colonización de América ha logrado lo hasta entonces no conseguido por nativos de estas tierras: la unión de la América desde el norte mexicano, California, Texas, etc. hasta el sur argentino; y se lo hace con la difusión del castellano, mestizado de acuerdo con la región en la cual se lo habla, convertido en lengua común de los iberoamericanos; con la evangelización del catolicismo, sincretizado con las religiosidades indias, que se convierte en la predominante en esta parte del mundo; con un gobierno español común, basado en las Leyes de Indias, roto con la guerra de la independencia.

Esa, la cara positiva del coloniaje; la otra, la negativa, está presente en nuestro pasado. Pero, ¿qué obra humana es perfecta? ¿Qué encuentro humano, de personas o pueblos, carece de sombras? Porque hablar de sombras es hablar de luz, sin ella, no hay sombras.